La llegada este viernes de Andrés Felipe Arias a Colombia tras su extradición desde Estados Unidos dejó muchas preguntas y muy pocas respuestas.
Para empezar, nadie estaba preparado para el arribo del exministro del gobierno de Álvaro Uribe, condenado a una pena de 17 años de cárcel por el escándalo de Agro Ingreso Seguro. Y es que aunque no había una confirmación oficial, se rumoraba en los pasillos de las entidades de justicia que su llegada al país en calidad de extraditado se daría a finales de julio o, a más tardar, en la primera semana de agosto.
La confirmación por parte de las autoridades competentes de que Arias sí había sido extraditado a Colombia y que ya estaba en el territorio se dio pasadas las 9:00. Antes de eso, miembros de la Fiscalía y la Corte Suprema afirmaron desconocer que ya se había iniciado el trámite.
Pero a las 8:20 de la mañana de este viernes, un vuelo chárter aterrizó en el aeropuerto de Catam, en Bogotá en un hangar de la Policía. En él venía Arias, escoltado por miembros del grupo de prisiones de Estados Unidos, conocidos como marshalls.
La sorpresa de muchos fue que se esperaba su arribo en una aeronave federal del Gobierno estadounidense o en un vuelo comercial, acompañado de agentes de Migración y autoridades de ambos países. La llegada de un chárter dejó dudas de inmediato.
Lo más sorprendente de esta situación es que Migración Colombia no hizo la notificación oficial de la llegada de Arias a territorio nacional. Es común que una vez arriban estas personas, la entidad haga registro fotográfico y anuncie a través de sus canales oficiales que se surtió ese proceso legal.
Sin embargo, la misma oficina de prensa de entidad aseguró que el procedimiento de Arias se realizó solo con dos de sus funcionarios, quienes por sus obligaciones de procedimiento migratorio no tuvieron la posibilidad de realizar el registro.
Algunas voces indican que hubo una orden desde el Gobierno central de que se mantuviera mucha discreción en la llegada de Arias.
Una vez se confirmó su llegada de manera oficial, varios minutos después del aterrizaje del chárter que llegó desde EE.UU., la pregunta era, ¿a dónde será trasladado?
Inicialmente fuentes judiciales señalaron que el plan era recluir al exministro en la sede de la Dijín, pero COLPRENSA confirmó de manera extraoficial que el exministro se encuentra en la Escuela de Caballería del Cantón Norte.
Ahora queda por determinar el futuro jurídico de uno de los políticos que más cercanía tuvo con el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
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