Mataron a un menor en Cúcuta cuando terminó de jugar fútbol

La terminación de un amistoso partido de fútbol en Cúcuta trajo consigo, la noche del viernes, una tragedia: un desconocido baleó a dos menores de edad, uno de los cuales murió. El otro fue llevado a un centro asistencial de la ciudad, donde se recupera tras ser sometido a una cirugía.
Los dos menores habían llegado a jugar a las 8 de la noche a un establecimiento deportivo, con canchas de grama sintética, ubicado sobre la avenida Cero con calle 4 del barrio Quinta Bosch en Cúcuta. Hora y media más tarde fueron atacados.
Las víctimas, finalizado el encuentro futbolístico pidieron unas bebidas y se sentaron a compartir, lo que fue aprovechado por el asesino quien, al parecer, estuvo rondando por el lugar minutos antes.
Las autoridades judiciales precisaron que el pistolero desenfundó su arma, se le acercó a los jóvenes y les disparó. Uno de ellos, de 17 años, recibió un disparo en la cabeza y murió de forma instantánea. El otro, de 16 años, fue impactado a la altura de la axila derecha.
El asesino, según las versiones recopiladas por investigadores de la Policía, mide “1.80 metros de estatura y vestía camisa negra, pantalón corto rojo y gorra blanca”.
El coronel Javier Francisco Mora Jiménez, comandante Operativo de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), aseguró, sin embargo, que varios testigos se abstuvieron de entregar declaraciones sobre el homicidio.
Arguyendo que no estaban autorizados para hablar del tema, empleados del escenario deportivo tampoco quisieron referirse este sábado al crimen.
“Los dueños nos dijeron que no entregáramos declaraciones a ningún medio de comunicación y tenemos que cumplir órdenes”, manifestaron el hombre y la mujer que en la mañana estaban a cargo de tres canchas.
Un testigo confirmó que los jóvenes habían estado jugando en la cancha ubicada a la entrada del establecimiento público, sobre la avenida 16E.
“LO MATARON POR EQUIVOCACIÓN”
El padre del joven asesinado aseguró que la noticia del homicidio lo tomó por sorpresa, ya que dijo desconocer de amenazas contra su hijo.
“Era un muchacho que no tomaba cerveza y tampoco salía a rumbear, ni se metía con nadie ni tenía problemas con alguna persona. No entiendo por qué lo mataron. Lo único que puedo pensar es que fue por una equivocación”, dijo el papá, parado frente al Instituto de Medicina Legal de Cúcuta, mientras esperaba la entrega del cadáver.
Otros parientes añadieron que el menor se reunía todos los viernes en la misma cancha, entre las 8 y las 9 de la noche, junto con sus compañeros de labores.
“Trabaja en una fábrica de confecciones y todos los viernes iban a jugar algunos de los empleados”, dijeron los familiares, al precisar que desde el colegio era amigo del menor que resultó herido.
El jueves en la noche fue la última vez que el joven dialogó con su papá. Al siguiente día, el viernes, a las 10:30 de la noche, el padre recibió la llamada de una mujer que le avisaba que su hijo estaba herido.
El angustiado hombre acudió al hospital sin recibir información. Salió rápidamente para el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, donde le precisaron que el muchacho había muerto. Cuando llegó a la cancha, el cuerpo ya había sido levantado.
“Alcancé a ver, únicamente, cuando un carro se llevaba el cuerpo. No tuve cabeza para ponerme a preguntar sobre lo que sucedió. Solo me enteré que pudo haber sido una equivocación y que hubo varios disparos”, explicó el papá.