El caso tuvo lugar en la Comuna 2, Santa Cruz, de Medellín, e involucró a una niña de 10 meses de edad. Según reportó la madre a las autoridades, la situación se presentó el 28 de noviembre pasado.
Alrededor de la 1 de la tarde de ese día, los familiares observaron que la menor tenía un objeto extraño en las manos y en la boca, que, según declararon, encontró en la calle. Inmediatamente le indujeron al vómito y reconocieron un olor a pólvora.
Sin embargo, solo hasta las 6:00 de la tarde acudieron a un centro de salud, donde fue atendida y remitida a una institución de mayor complejidad, donde hasta hoy se encuentra fuera de peligro, pero bajo permanente observación.
Rita Almanza, jefe de epidemiología de la Secretaría de Salud de Medellín, señaló que el fósforo blanco, sustancia con la que están hechos los totes y demás elementos de pólvora, es altamente tóxico y puede generar daño renal y comprometer la vida.
“La ingestión de estos elementos es algo absolutamente peligroso. Ya hemos tenido la experiencia, no de menores de Medellín pero si que han sido trasladados para su tratamiento en la ciudad, en los que se ha necesitado trasplante de hígado. En otras regiones hemos conocido de defunciones de menores de edad por consumo de totes. Dado que tienen colores que llaman la atención, los niños los confunden fácilmente con un dulce”, señala la experta.
El llamado, continúa Almanza, “en Colombia está prohibido la venta de pólvora a los niños y por ley de infancia y adolescencia el llamado a los padres y madres para evitar que los menores se expongan a este tipo de situaciones que ponen en peligro la vida de los niños”.
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