La designación de Vicente Torrijos como director del Centro de Memoria Histórica provocó una serie de menciones en la opinión pública por sus títulos académicos y su relación con la Universidad del Rosario. Por una parte, el propio Torrijos dijo que la terminación de su vínculo laboral fue un desacuerdo jurídico, mientras que la propia institución aseguró que su despido fue motivado por principios institucionales.
Lo que sí se pudo establecer en todo este asunto fue que Torrijos tenía un contrato a término indefinido con esta universidad. Su vínculo laboral inició el 11 de enero de 2001 y concluyó el pasado 2 de diciembre. El cargo que ostentó en la institución fue de profesor titular.
En un comunicado a la opinión pública, el propio Torrijos negó haber sido despedido de la Universidad. En esta carta, el nuevo director del Centro de Memoria Histórica dijo que “Para dar a conocer la realidad de los hechos, el profesor Vicente Torrijos informa que el jueves 29 de noviembre del 2018, a las 8:08 AM, presentó renuncia a su cargo en la Universidad del Rosario”.
Sin embargo, en un certificado laboral de la propia Universidad, se estableció que la terminación del contrato fue un despido con justa causa.
La polémica sobre el despido o la renuncia se desató por que, supuestamente, Torrijos había presentado un título de doctorado inexistente. Esto motivó a que la Universidad lo despidiera por “principios institucionales”. De corroborarse esta situación, se comprometería su nombramiento al frente del Centro de Memoria Histórica.
El debate probatorio de este asunto aumentó con otra certificación de la Universidad del Rosario, donde se estableció que esta institución le reconoció el título de doctor en el año 2006. En el certificado se estipuló que mediante el acta CAD No. 117 de febrero de ese año, se estipuló que Torrijos cumplió con los requisitos para el ingreso, promoción y permanencia dentro de la institución.
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