Guillermo Pinto salió hace tres años de Venezuela por vía terrestre hacia Cartagena, pero unos guardias venezolanos lo detuvieron y le pidieron documentación. “Solo les mostré la cédula porque no tenía más papeles, me iban a devolver, pero conté con suerte de que me dejaran seguir. Me dijeron que les colaborara con algo, así fuera para una gaseosa, les di un billete de 50 mil bolivariano, me dijeron vete tranquilo y que te vaya bien”, sostuvo Pinto.
Cuando llegó fue muy duro para él, dijo que estuvo en un estrato cero, “la violencia más increíble de Cartagena la viví ahí, en un sector donde estaba gente de bajos recursos. Me recibió una hermana que ya tenía un año aquí en Cartagena, ella sí trabajaba. En lo primero que trabajé fue en una tienda con un señor de Medellín, luego pasé al restaurante de una señora, como le dicen aquí en un ‘corrientazo’, trabajé ahí un año, luego pasé al Centro Histórico y trabajé con unos venezolanos de Maracaibo que tenían un restaurante, duré ahí 8 meses como mesero. Me fue muy bien, pero se terminó el contrato y no me reconocieron el tiempo que trabajé con ellos, fue algo desagradable”, relató.
“De ahí me abrí, encontré trabajo en la zona de Mamonal en una empresa que produce icopor, ahí estuve un mes, me salí porque gastaba mucho en transporte y no me alcanzaba. Tenía que mandar para mi casa en Venezuela, porque estaban sufriendo.
Duré el año de pandemia sin hacer nada, me volvió a recibir el señor de la tienda paisa, luego llegué aquí donde se vende todo lo relacionado con celulares, accesorios y equipos electrónicos. Ha sido una bendición acá con otros compañeros venezolanos”, manifestó.
Con respecto al Estatuto consideró que es magnífico “para nosotros que nos ha tocado una situación tan dura que las personas ni se imaginan, desde dormir en la calle hasta muchas otras cosas, para nosotros los migrantes buenísimo, se le reconoce como una buena labor al Gobierno de Colombia en este mismo momento, después de ese decreto”, dijo con felicidad en su rostro este venezolano.
“Lo principal que necesitamos es una educación y un seguro social, que nos atiendan. Te digo algo, yo porque mi papá es colombiano, pero después de radicarme aquí duré un año sin papeles y después fue que me entregaron mi nacionalidad; y con todo y eso se me hace difícil, porque sin orientación de nadie, ahora recurrí a unas personas en una contraloría y me dijeron ‘mira tienes que sacar esto para el Sisbén, para un seguro médico sacar tal otra y ahora con esto que hizo el gobierno me parece maravilloso, de verdad que si”, concluyó feliz Pinto.
Comentarios ()