Este miércoles, continúo ante la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia, el nuevo juicio oral en contra de la excongresista Aida Merlano, en el proceso que se sigue en su contra por el delito de violación de topes de campañas electorales. Lea: “Vi a Julio Gerlein llevar dinero a Casa Blanca”: testigo en caso Aida Merlano
El turno fue para Francisco Rafael Palencia Borrero, quien fue en dos oportunidades líder de campaña de Merlano y una de las personas que se aseguraba de que conseguir decenas de votos a cambio de dinero.
En la diligencia, el testigo afirmó que, como él, hasta 300 personas podían ir a diario a la llamada ‘Casa Blanca’, sede de campaña de Aida Merlano en Barranquilla, a recibir sus pagos por los votos que conseguían y que cada voto tenía un valor para los líderes de aproximadamente 5.000 pesos, los cuales eran pagados mensualmente, a modo de “bonificación” y que el pago dependía de los votos que consiguieran. Lea: “Álex Char será denunciado por secuestro y violación”: abogado de Aida Merlano
Palencia aseguró que trabajó en la campaña de 2018 de Merlano (segunda vez que trabajaba con ella) y que en el año 2015 se retiró antes de las elecciones regionales. Señaló que para llegar a ser ‘líder de campaña’ tuvo que ser recomendado por una compañera de bachillerato.
“Obviamente se compraban votos, se manejaba plata, no podía llegar cualquier persona y se tenían que manejar las cosas con prudencia. Nosotros llenábamos un formato como líderes y colocábamos los datos y quién lo recomendaba a uno”, explicó.
Reciba noticias de El Universal desde Google News El testigo afirmó, además, que los votos que se conseguían por parte de los líderes, se debían “aglutinar” en máximo tres puntos de votación, “de manera que ellos pudieron verificarlo, a uno le hacían una trazabilidad de los votos en máximo tres puestos de votación. Si quedaba un voto por fuera ese no contaba porque a ellos les quedaba difícil la trazabilidad”, narró.
Añadió que a cada votante se le daba un anticipo antes de la elección, cuando se comprometía a vender su voto, y después de los comicios se le entregaban 35.000 pesos más.
Palencia, aseguró que no podía dar fe de cuánto dinero exactamente movió la campaña de Aida Merlano, pero sí dijo que el flujo de dinero que se manejaba era altísimo, “Si sabe (Aída) sumar, debe saber que se violó el tope electoral, ella debe saber en qué momento se violó”.
Así mismo, aseguró que a veces también recibía a personas de “logística” de la campaña que iban con él a visitar a algunos de los votantes que había inscrito para “verificar que fueran personas de carne y hueso” y preguntarles por quién iban a votar y si sabían cómo marcar un tarjetón.
Cuando se le preguntó sobre el origen del dinero, Palencia indicó que, “era un secreto a voces que el que financiaba todo era Julio Gerlein, todo el mundo lo sabía (...) Que yo lo haya visto no, pero todo el mundo sabía que era Julio Gerlein”.
Así mismo, cuando lo cuestionaron sobre para qué era el dinero, el testigo afirmó que, “toda la plata fue para comprar votos, al 100%. Incluso Aida Merlano decía: yo le compro el voto hasta a su mamá, acá a todo el mundo se le paga... Yo le puedo asegurar que todos los recursos eran empleados en comprar votos”.
Palencia aseguró que a pesar de que está en el programa de protección a testigos de la Fiscalía, teme por su vida y que su familia “está en zona de riesgo”, por lo que pidió a la Corte mantenerlo en proyección ante amenazas que ha recibido por sus testimonios en diferentes procesos relacionados con la presunta corrupción electoral en el Atlántico.
Este testimonio se suma al entregado por Rafael Antonio Rocha, quien respaldó a Merlano en las declaraciones que ha dado en relación al presunto aporte que hizo Julio Gerlein para la compra de votos.
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