Brasil-Paraguay, en un estadio con sombras de la dictadura de Pinochet

AFP
CONCEPCIÓN
25 de Junio de 2015 07:36 pm

Brasil y Paraguay estrenan este sábado el estadio de Concepción (sur de Chile), usado en la dictadura militar como centro de detención y torturas y ahora remodelado para Copa América en una carrera contrarreloj.
   
La presidenta chilena Michelle Bachelet, presente en la ceremonia de inauguración, recordó una llamada en la que se le informaba que el estadio no estaría listo para el torneo.
   
"De ninguna manera", respondió, según dijo. "Aunque tengamos que ir con los ministros a poner las sillas, el estadio queda listo. Y no fue necesario porque todos se pusieron la camiseta y trabajaron unidos, arduamente y ahí tenemos esta maravillosa obra", celebró.
   
La remodelación del estadio Ester Roa (30.421 espectadores) está concluida en 96%, más de la meta para la Copa América, explicó el alcalde de Concepción Álvaro Ortiz.
   
El Brasil-Paraguay se disputará el sábado por los cuartos de final y el ganador se quedará en Concepción para disputar la semifinal entre el ganador de Argentina y Colombia.
   
El partido por el tercer puesto también se jugará en este recinto.
   
Siete meses

La obra ha sido un verdadero calvario para el gobierno chileno desde 2004. Su situación llevó incluso a la Federación del Fútbol de Chile a retrasar el sorteo de grupos de la Copa.

   
Al principio el gobierno debió declarar desiertas dos licitaciones para las obras y finalmente decidió entregarlas a otra empresa que comenzó el trabajo recién en agosto de 2013.
   
Pero en junio pasado las obras estaban concluidas en un 20% y el gobierno determinó suspender las obras. La alcaldía de Concepción decidió entonces hacerse cargo de la remodelación, con ayuda de recursos federales.
   
El estadio, que no ha sido testado, parece en excelentes condiciones, según las áreas que pudo visitar este jueves un periodista de la AFP.
   
"Muchos pensaban que no llegábamos a la Copa América, pero aquí estamos listos para recibir el partido entre Paraguay y Brasil. En otro momento habrá que mirar qué pasó, por qué todas las dificultades, sacar las lecciones del caso, qué cosas se podrían haber hecho mejor, pero lo importante es que llegamos a la meta", señaló la mandataria.
   
Más de 2.000 obreros trabajaron en el Ester Roa y sus nombres serán grabados en placas y colocados en un lugar del estadio.
   
Nunca más

Bajo las sillas amarillas y azules del estadio se guarda el doloroso pasado de este estadio, que fue usado como centro de detención y torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Otros dos estadios, el Nacional de Santiago y el Playa Ancha de Valparaíso, sufrieron el mismo destino.

   
"Fue lugar de detención para muchas personas cuyo único pecado era pensar diferente al régimen militar de la época, donde hubo torturas, donde fuimos manchados por la intolerancia que vivió nuestro país y eso también es importante recordarlo para las futuras generaciones, no con ánimo de revancha sino en el ánimo del nunca más", explicó Ortiz a la AFP.
  
Sin saber de su destino o si volverían a ver a sus familias, los detenidos llegaban en camiones hasta los estadios, donde permanecían semanas encarcelados, durmiendo en los lúgubres y grises pasillos de ingreso a las graderías.
   
Muchos fueron sacados violentamente de sus casas o trabajos, y muchos terminaron ejecutados, como por ejemplo el padre de José Acevedo Alegría, que fue un alcalde disidente y desapareció.
   
Acevedo acudió junto a otros familiares de víctimas a la ceremonia de inauguración con fotos de sus seres queridos guindadas en el pecho.