Carlos Méndez Barbosa se ganó este año un Congo de Oro por evocar al cantante cartagenero Joe Arroyo, en el Carnaval de Barranquilla. Si hay una palabra para definir a este personaje y actor festivo de Cartagena, esa sería la versatilidad y terquedad con las que ha asumido la aventura de soñar y actuar. Porque Carlos Méndez actúa todo el tiempo. A Barranquilla se llevó la música de Joe, dos coristas, un micrófono, y con ese grupo armó la fiesta. Lo curioso es que Carlos solo baila, toca la clave, pero no canta, tararea algunas canciones, lleva un vestido multicolor mandado a hacer, diseñado por Matilde Rodríguez Tapias, y tiene media mejilla pintada de blanco con una nota musical en negro. Y su gracia escénica.
El diploma que le entregaron junto al Congo de Oro, dice: “Reconocimiento a su desempeño y comportamiento destacado en la celebración del Carnaval de Barranquilla, cumplimiento de los patrones tradicionales de sus expresiones y apoyo a la salvaguarda de esa herencia, 2019”.
Su vocación viene desde niño. Hijo del soldador Enrique Arturo Méndez Romero, hombre cuidadoso y calmado para decidir, e Inocencia Barbosa, mensajera del Hospital Universitario, mujer con un gran sentido del humor a la que le gustaba cantar y bailar. De ese par de temperamentos nació el actor festivo el 19 de mayo del año en que apareció la mejor novela colombiana de la historia y en la Calle San Juan, de Getsemaní, cantada y mitificada por Lucho Pérez, en esa canción que bien podría ser el Himno de Cartagena: ‘El getsemanicense’. Nació bajo los cuidados de la partera Carlina Martínez. Intenso, hiperactivo, melómano, tiene tal vez la más grande colección de fotos con leyendas de la salsa, con la que podríamos escribir una crónica: en ese álbum de su memoria está con Jimmy Savater, Óscar de León, Bobby Cruz, Henry Fiol, Ismael Miranda, José Mangual Jr, Cuco Valoy, Andy Montañez, entre otros.
Dice que levantó a sus hijos a punta de vender cien bolis diarios cuando estudiaba su bachillerato, entre 1982 y 1988. Todos sus hijos son profesionales. Kevin es ingeniero civil, Valeria es abogada y Angie es administradora. Empezó a actuar en 1987, cuando estudiaba en el Liceo de Bolívar, en una celebración del Día del Idioma, el 23 de abril, animado por su profesor Julio César Orozco. En 1985 se ganó un campeonato nacional de basquetbol.
En los últimos años hemos visto a Carlos Méndez metido en tantos personajes, pero el que prevalece es el de Joe Arroyo. Ha participado en las fiestas tradicionales de Cartagena; en las Fiestas de La Candelaria en 1990, se convirtió en Rey del Pastel, manjar que aprendió a hacer de la mano de su suegra Ruth María Juana Carrillo. En las Fiestas de la Independencia, ha encarnado personajes tan disímiles como ‘El Metemonos’, ‘El Loco Agarrachocho’, ‘Se fue el agua’ (un tipo con la barba enjabonada y entoallado), Rubén Blades, ‘El padre Dinero’ y ‘Un guerrillero desarmado’. Ha participado en los desfiles hispanos y en las celebraciones del 20 de julio en Nueva York y Manhattan, vestido de Joe Arroyo. Como actor festivo ha ganado premios.
“A Cartagena y a sus fiestas les falta mucho aún para ser declaradas patrimonio de la Nación”, dice. “Toda la ciudad con sus estratos, sin exclusión, deben estar en la fiesta. Y hay que buscar nuevos actores en los barrios populares, de puerta en puerta, de casa en casa. Veo en los desfiles de las fiestas muchos baches. Los recursos deben ser anticipados, como en Barranquilla”.
Hiperactivo y disperso en tantos frentes, su sueño es ser actor de cine y televisión. Carlos Méndez es un autodidacta, empírico, con unas inmensas ganas de aprenderlo todo. Lamenta no saber inglés, pero lo que sabe lo ha aprendido en la calle, en libro embrujado de la vida.
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