Este personaje con gran sentido del humor, al que le inventaron que había muerto en la tarde del viernes en Cartagena, salió al paso a desmentir: “¡Estoy vivo!”.
Desde el kínder hasta el bachilleraro estudió en el Colegio de la Esperanza, luego, llegó al León XIII, el Fernández Baena, y finalmente, al Liceo Bolívar de Sincelejo.
Este periodista creó varios espacios radiales y escribió innumerables crónicas en revistas y periódicos de la región y el país, como el Diario de la Costa, El Pueblo, en diarios nacionales como El Siglo, El Colombiano, Occidente, El Heraldo, entre otros, y joven reportero del célebre Guillermo y Aníbal Baena Sosa. Recuerde aquí: Un cronista de verdad.
Dirigió la sección Enfoques del Diario de la Costa, en la que no tenía pelos en la lengua para desnudar entuertos en la ciudad y el país. También promovió el Noticiero La Matraca, por la Emisora Fuentes y la Voz de las Antillas. Su trabajo de más de seis décadas le ha merecido reconocimientos a su labor. Su libro ‘Crónicas y personajes excepcionales del Caribe’ (2013), publicado en Cartagena, reúne algunas de sus crónicas y perfiles a personajes de la vida social, política y cultural de la ciudad y el país.
“Algún día tendrá que contar Crispín sus propias ocurrencias geniales y aventuras, organizando concursos de tanga y de las piernas más bonitas, o recorriendo los vericuetos de la geografía insólita de los pueblos y ciudades, y sacándole punta a lo que observa a su alrededor, para descubrir esa realidad que resulta más fantástica que los propios mitos”, escribió Germán Mendoza Diago en el prólogo.
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