Agencia EFE
Grecia
Una placa de arcilla encontrada en el sitio arqueológico de Olimpia, en el Peloponeso griego, podría ser la inscripción más antigua que se conserva de “La Odisea” de Homero, según anunció este martes el Ministerio de Cultura heleno.
“La placa de barro es probablemente el extracto más antiguo de la epopeya de Homero que haya salido a la luz hasta ahora y, más allá de ser única, es un hallazgo epigráfico, arqueológico, filológico e histórico importantísimo”, explicó el ministerio en un comunicaciones.
El hogar de los primeros Juegos Olímpicos escondía cerca de su famoso santuario este hallazgo en el que están inscritos 13 versos de la decimocuarta rapsodia de “La Odisea”, pertenecientes al discurso de Ulises a su criado Eumeo.
En la obra, Eumeo es un porquero fiel a su señor, al que acoge cuando regresa a Ítaca disfrazado de mendigo.
El descubrimiento se realizó en el marco de la investigación geoarqueológica “El sitio multidimensional de Olimpia”, que durante tres años estudió los alrededores del santuario de este yacimiento con la participación de arqueólogos griegos y alemanes.
El equipo señaló que la estimación de la antigüedad de la placa será confirmada con un estudio sistemático de las inscripciones que ya comenzó.
La Odisea” es uno de los principales poemas épicos de la Antigua Grecia y narra el regreso a su hogar tras la guerra de Troya del héroe Ulises, conocido en griego como Odiseo.
Este poema es junto a “La Ilíada”, atribuida también a Homero, uno de los primeros ejemplos de la literatura occidental.
Este poema es el segundo poema importante atribuido a Homero después “La Ilíada”, y los eruditos fechan su escritura en alrededor de 675-725 antes de Cristo. Es ampliamente considerada como una de las más grandes obras de literatura del mundo.
El fragmento
La placa de barro hallado en Grecia es una revelación de uno de los poemas clásicos de Occidente.
Este fragmento es el diálogo de Ulises, rey de Itaca, con su criado Eumeo, que cría cerdos. En este encuentro, Eumeo le cuenta a Ulises lo que ha pasado en su ausencia, mientras ocurría la guerra de Troya.
Homero recogió muchas historias de tradición oral de su pueblo y las compendió en sus dos epopeyas La Odisea y La Ilíada.
Como ciego fue un vidente de su pueblo.
Su literatura trasciende el paso del tiempo y nos depara la memoria de las pasiones griegas antiguas, en medio del amor y la guerra.
Leerlo es entrar a los laberintos del tiempo. Regresar otra vez al espíritu de Ulises de vuelta a casa de sus lectores.
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