A este paisa la vida indiscutiblemente lo conectó con el arte, porque si bien su formación profesional se encaminó a otro campo, en 2013 llegó a la pintura y la escultura para quedarse y llenar su universo de color.
Juan Pablo Restrepo es ingeniero civil y aprecia toda manifestación artística, tal vez porque sin proponérselo estaba en el entorno guiado por esa tendencia. Su familia materna se compone de escritores, pintores, escultores, por tanto el contacto fue permanente y directo.
Se declara empírico en cuanto a las técnicas, sin embargo, la curiosidad innata lo llevó a adentrarse en los talleres de sus tíos para empezar por lo más básico, ‘lavar los pinceles’ y atento a resolver las inquietudes que le surgían en el aprendizaje.
La destreza es una de sus mayores fortalezas, afirma que la mantiene conectada con la creatividad, aunque como entendía el arte en sus inicios no se le hacía tan atractivo, una falta de criterio que fue superando con el ánimo de romper la barrera en lo que se propone.
Al ser muy estructural y disciplinado, se decantó por la ingeniería civil, una profesión que se convirtió en un pilar fundamental en su carrera como artista, le dio el conocimiento, al tiempo que resolvió su situación financiera. De otra parte, los retos del ingeniero se enfrentaron a la bohemia que acompaña a los creadores, dando un resultado acertado.
Reconoce que su norte estaba encaminado a desempeñarse en lo escogido, sin dejar de lado la pasión, pero ésta última se convirtió en su profesión al atravesar una dificultad económica que le puso en jaque el pago de la universidad, llegando a reencontrarse con el arte para costear sus estudios. (Lea aquí: Alejandro Fernández regresa a Colombia, la gira está lista)
Marcando la diferencia
Juan Pablo Restrepo es un convencido de que para ser reconocido por lo que hace no necesita ser viejo o morirse, y al entender ese concepto empezó a despuntar su propuesta que además se ha consolidado a través de redes sociales. Precisamente en ese espacio empezó a mostrar sus obras y la aceptación fue inmediata.
Siempre ha sido exigente con lo que hace, tiene buen gusto y ese conocimiento lo ha enfocado en lo que su creatividad le ha permitido, por tanto, al poner esto en función de una obra, el resultado es muy grande.
Los cuadros fueron el punto de partida en medio de su proceso evolutivo, pero como los escultores hacen parte de su familia, tuvo quien lo motivara a dar el paso siguiente y es así como empieza a procesar figuras y en poco tiempo se sorprendió al estar presentando obras llamativas y ante todo, diferentes.

La temática y las estrellas
En la actualidad, este artista hace parte de ese grupo de personas que supo sacarle provecho a la pandemia. Primero, tuvo el tiempo que se le negaba a aparecer por completo ante sus múltiples compromisos, estar confinado fue preciso para ejecutar lo que estaba pendiente.
De allí surge una escultura de Mickey Mouse, en contrapeso a esa incertidumbre que invadía el mundo. Sus obras invitan a mirar hacia adentro y como la mayoría de personas conserva su niño interior, que es el observador, juguetón e inquieto, Juan Pablo buscó un motivo que pudiera llegar a todos y mitigar un poco lo que se estaba viviendo.
En medio de su investigación llegó a la conclusión de que a este ratón lo conoce todo el mundo, o al menos la mayoría, sin embargo, ahí llegó otro interrogante, qué hacer con un peluche, cómo lo podía convertir en un artículo de lujo y que pudiera ocupar un lugar importante en una casa, y además tuviera un mensaje.
La respuesta no tardó en dársela a sí mismo y fue cuando optó por llevar la posición de las manos en señal de oración, siendo ese el lenguaje que decidió dejar en esa primera colección que llamó “Serenity”, invitando a disfrutar de la serenidad que se requería en la época que se estaba viviendo.
Dio continuidad con otra colección “Box”, que presenta al mismo Mickey Mouse, pero más activo, en actitud de boxeo, y ésta va ligada a la entidad, toda vez que Juan Pablo es el artista de la WBA (Asociación Mundial de Boxeo), donde las piezas son un detalle para el campeón, por esto grandes boxeadores cuentan con una, como Canelo Álvarez, quien ya le ha hecho pedido de otras obras magnificadas para decorar su rancho en México.
La más reciente se llama “Hibrid”, que lleva implícito el mensaje de lo que es él hasta ahora y en general muchas personas, es decir, la transformación que se va dando. Para él, Pinocho es el personaje que mejor se identifica con el ser humano, donde convive un Pepe Grillo que siempre le habla, de otra parte, la idea es encajar en la sociedad y en algunos casos se vive una mentira.
La invitación en esta colección es a mirar hacia adentro, Pinocho mientras más se conoció, más humano fue, y eso lo vincula con la vida, porque si bien al personaje se le relaciona siempre con la mentira, la obra inspira, trasmite y es muy moderno, porque está en un proceso evolutivo.
Juan Pablo maneja dos materiales que le resultan muy similares, la fibra de vidrio que es muy fácil de transportar y el bronce, en ambos encuentra las mismas sensaciones. Empezó haciendo las figuras en dos tamaños y ya elabora cuatro, como la colección está basada en él, un tamaño es el equivalente a su estatura.
Categorizando el color en cada colección, une su estado emocional a lo que crea y aunque está centrado en las esculturas y el mensaje que llevan, también está materializando la obra en cuadros que forman un todo.
Juan Pablo alista una de sus obras para hacer parte de una subasta organizada por la Fundación Maestro Cares de Marc Anthony, con la cual se busca brindar atención a los niños más necesitados de América Latina.