Cultural


Cartagena Festival de Música: lo sublime tocó tierra y cielo

El Cartagena Festival de Música 2020 logró hitos históricos: lo sublime universal, suramericano y lo ancestral cartagenero.

Cartagena fue una ola que no cesó de cantar. Con el Cartagena Festival de Música 2020, lo bello y sublime ascendió a alturas aún más prodigiosas. El festival logró el hito histórico de vincular músicas olvidadas, desenterrar milagros locales y universales, y mostrar los secretos humanos de la ópera en las voces decantadas de la Camerata Salzburg, con siete voces que dejaron hipnotizados a la audiencia de Cartagena, en su propia belleza en el concierto ‘La ópera más allá del estilo clásico’, en la noche del sábado. Un concierto con la música de Mozart y los momentos más altos de la ópera italiana de Giaochino Rossini. Esas voces son la resurrección tangible de la cadencia que hechizó a Mozart cuando era niño, la voz que con solo oírla hace más leve, bella y sublime el acto de estar vivo. Esas siete voces resuenan como una hazaña artística: Martine Fender (soprano), Eliana Piedrahíta (soprano), Paola Leguizamón (mezzosoprano), Pablo Martínez (tenor), Klemen Sander (barítono), Juan David González (barítono) y Horst Lamnek (barítono). Siete el número bíblico perfecto para esta ópera.

La otra hazaña

El festival 2020 apostó a un acontecimiento histórico en la música de Colombia: integrar por primera vez la Champeta, herencia de la música africana en Cartagena elevada magistralmente en formato sinfónico, en dos extraordinarias obras de compositores cartageneros: Francisco Lequerica con ‘Pickó brevis’ (2019) que rescata en una propuesta novedosa y singular, basada en tres composiciones: una de Sayayín, otra de El Afinaíto y una tercera del Jhonky. Y ‘Paisajes caribeños’ (2018), obra del joven y laureado compositor cartagenero de 20 años, Ludsen Martinus, de ancestros de Curazao, cuya música se nutre del Soukus africano, música de la que bebe la Champeta. Ludsen Martinus ganó el segundo lugar en el I Concurso Nacional de Composición para Cuarteto de Cuerdas.

Siempre sublime

El festival gravitó sobre lo bello y lo sublime, para interpretar obras de los músicos Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert. Álvaro Barrios fue el artista cartagenero residenciado en Barranquilla, invitado en este 2020, con un homenaje a Remedios la Bella.

La música de Schubert resonó bajo las estrellas de la Plaza San Pedro, en la capilla del Santa Clara y del Santa Teresa, en el Teatro Adolfo Mejía, en el Centro de Convenciones, en la Casa 1537, y nos llevó ‘en un fascinante viaje al corazón de la Viena de la época del Biedermeier, a caballo entre los epígonos franceses de la post-revolución y la restauración del viejo orden, donde la sensibilidad romántica marcará el comienzo, tan grande como la que llamamos clásica”, dijo Antonio Miscenà, director artístico.

Suramérica sonó

La música de Colombia y Latinoamérica tuvo en este festival un espacio permamente en los siete años que tiene Miscenà en la dirección musical, quien ha visto la evolución de esta música en interacción con el mundo. En esta edición, esa travesía por la música colombiana y latinoamericana, contó con un lugar estable y privilegiado: ‘Suena Suramérica’, que aglutinó experiencias sonoras fue ‘un punto de encuentro de experiencias, producciones y artistas del mundo de la música latinoamericana, contenedor de ideas’, que, a su vez, cohesionó ‘el componente artístico, productivo, distributivo, formativo y profesional de la música’.

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