Cultural


Madres en pie de lucha contra la pandemia

Nos ha puesto a prueba la lucha contra el coronavirus, una batalla donde el papel de las mamás ha sido vital. ¡Felicidad a todas en su día!

Es vital el papel desempeñado por muchas mamás durante esta pandemia y en este aislamiento social. Ellas han asumido múltiples roles desde sus casas: convertirse en maestras, atender labores del hogar y trabajar en jornadas maratónicas, porque a pesar de todo tienen que seguir siendo madres: leer un cuento, jugar con sus hijos, cuidarlos, alimentarlos, regañarlos, en fin... pero también hay quienes siguen trabajando fuera de sus viviendas. Las médicos, enfermeras, auxiliares, las agentes de la Policía, de Tránsito, brigadistas, que están en pie de lucha para que la pandemia no avance. Las mamás periodistas, aseadoras, gerentes, o también aquellas que luchan día día para que sus hogares se mantengan a flote y no sucumban pese a las adversidades o porque se han quedado solas en esa difícil tarea de criar uno o varios hijos. Aquí, historias de cuatro mamás que luchan contra de la pandemia y por sobrevivir a ella. ¡Muchas gracias a todas las madres de Cartagena y el mundo!

Viviana Patricia Consuegra, 37 años
Mayor de la Policía Metropolitana de Cartagena
“Llevo 18 años en la institución. Entré a los 19 años. Mi hijo cumple ahorita en junio 11 años y creo fue el momento más especial de mi vida, tenerlo por primera vez en mis brazos, de hecho es un momento indescriptible”, relata y añade: “Lo más bonito ha sido inculcar al niño todos los valores, todo lo que mis papás me enseñaron a mí, para darle a este mundo que tanto lo necesita un excelente ser humano”. Al tiempo habla de lo más complejo de ser mamá y policía a la vez. Siempre se “dificulta un poco la tarea pero igual el tiempo que yo le pueda dedicar a mi hijo hago que sea de calidad”. Además, ser madre es algo mucho más complejo en estos tiempos de pandemia, en los que la Mayor Consuegra ha coordinado en buena parte la entrega de ayudas a quienes más lo necesitan en Cartagena. Visitar muchos barrios y estar en contacto con mucha gente es su día a día. Pero tiene una recompensa inmensa al volver a casa: su hijo. “Él entiende y dice que su mamá es una mujer maravilla que está llevando ayudas y le cuenta a sus amigos que su mamá es una heroína. Yo puedo llegar a las 10 de la noche y a esa hora me siento y lo ayudo con tareas que no entendió. En el día le sacó tiempo con videollamadas”, relata. Viviana está estudiando sicología. En una año se graduará. Su mayor inspiración ha sido su pequeño hijo. Además de ser una mamá policía, decidió convertirse en psicóloga cuando él fue diagnosticado con un grado de autismo. “Esa carrera de verdad me ha servido para entenderlo y poder cuidarlo mejor”. A veces no alcanza a dormir más de cinco horas al día pero todo lo hace por amor a su familia y a su patria.
Alys Rosa Olivares Bravo, 38 años
Vendedora de periódicos
“Sentí cosas especiales, cosas divinas. Pero también mucho miedo. Imagínate tú. Tenía 15 años cuando tuve mi primer hijo. Él ahora tiene 22. La otra tiene 20 y la otra 18”, explica sobre aquel momento mágico en que se convirtió en mamá. “Me gano la vida vendiendo periódicos desde que salió Qhubo, hace 13 años. Vendo en el Pie de La Popa ¿Qué es lo más bonito de ser mamá? Todas las cosas son bonitas. Y lo más complicado fue cuando me tocó ser madre soltera pero de lo demás ¡Vamos para adelante! Ahora mismo sí, con la cuarentena esto está bien pesado, complicado, poder trabajar para llevar dinero a la casa, las cosas están más quietas ahora pero pa’ delante. En mi casa todavía tengo a cargo a mis dos hijas menores, de 20 y 18 años, están estudiando”, cuenta Alys. “Siempre me pongo mi tapabocas y los guantes y todo esas cosas para protegerme. Cuando llego a la casa, mejor dicho, bueno mi hija me espera con un frasco de alcohol y me baña con alcohol, me desinfecta completamente”, narra. E insiste: “Hoy fue un día bastante complicado, estuvo bastante quieto, hasta que pueda hay que esperar a ver qué pasa. Este trabajo me ha dado para mucho, para conocer mucha gente, para comprar mis cosas, sobre todo para sacar a mis hijos adelante. ¡Vivo orgullosa de mis hijos!”. Alys sigue vendiendo los periódicos que mantienen informada a la gente sobre lo que pasa en el mundo con el coronavirus.
Rocío del Carmen Correa Pastrana, 34 años
Médico de urgencias, Clínica Madre Bernarda
“Estaba lejos de mi casa, en La Dorada, Caldas y allá me enamoré, me casé y tuve a mi bebé aunque ahora mismo soy madre soltera, me separé y regresé donde mis papás ya con niña a bordo. Llevo ya 4 años siendo mamá”, afirma. “Ese amor incondicional de mi hija es lo más lindo, cómo me espera cada vez que llego del trabajo y me dice mamá te amo, es lo más lindo. Lo más difícil es dejarla sola, cuando me toca irme de turno ella llora, llora, llora y dice: ‘Mamá, yo te doy mi alcancía para que no tengas que irte a trabajar’”, sostiene. Sí que ha de ser aún más complejo para una mamá ser también médico en el área de Urgencias, en medio de esta pandemia. “Nos llegan pacientes sospechosos o pacientes positivos y es un temor que no podemos quitarnos. Gracias a Dios es una clínica donde me enseñan esa tranquilidad de confiar en Dios y las hermanas se han esmerado porque tengamos los elementos de protección personal necesarios”. Y los abrazos, entre ella y su hija prácticamente se han esfumado. “Ya eso se perdió, igual que dormir con ella, eso ha pasado a un segundo plano. Cuando llego, como vivo en un segundo piso, comienzo a quitarme los zapatos y la ropa desde las escalera, me baño y me echo gel antibacterial y mi hija se sienta a un lado y ahí hablamos. Me dice: ‘Mamá, cuando el coronavirus pase todo va a ser como antes’, yo le respondo que sí, claro, es una situación difícil pero tenemos que cuidarnos”.
Claudia Patricia Cantillo Palacios, 32 años
Aseadora de Veolia
“Pues siempre lo recuerdo, fue lo mejor, cuando nació Cristal, mi primera hija, fue lo mejor que pudo haber pasado en la vida. Al principio me asusté cuando quede embarazada pero después me alegré. Le doy gracias a Dios porque nació bien. Ella es la mayor, tiene 12 años, tengo uno de 7 años y otro de 4 añitos. Cristal fue la que me dio ese título de madre por primera vez y fue algo muy bonito. Por los hijos es que uno sale adelante por ellos es que uno lucha son el motor de nuestra vida. A mis tres hijos los amo y los adoro con toda mi vida. Tengo cinco meses de estar trabajando en Veolia, aseando los parques. En verdad me siento muy bien, estoy agradecida es una empresa que nos dan muchas oportunidades”, asegura y añade que: “Con todo esto que está pasando de la cuarentena, no es lo mismo porque las personas están prevenidas. Nosotros salimos con Dios a la calle, pero de todas maneras uno está pendiente de tomar todas las precauciones, con nuestros implementos de trabajo, con los tapabocas, con los guantes, siempre, con el antibacterial. Me desinfecto en todo momento”. Incluso cuando regresa su casa en San Pedro Mártir y se somete a un ritual de limpieza extremo. “Al principio mi hijo más pequeño se ponía a llorar porque no lo abrazaba cuando llegaba, mi mamá lo tenía que apartar, pero ya ha ido entendiendo, los más grandes son más conscientes de las cosas”, precisa. Su tarea de mantener limpias las calles también es fundamental en estos tiempos. Por eso le envía un mensaje importante al resto de la gente. “Aquellos que no tienen necesidad de salir de sus casas, aprovechen el tiempo para estar con sus hijos, dedicarle más tiempo a su familia, qué buscamos en la calle si lo tenemos todo en la casa. La familia es lo mejor que uno puede tener”.

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