Cultural


Palma Real al escritor Roberto Burgos Cantor

GUSTAVO TATIS GUERRA

13 de agosto de 2009 12:01 AM

Su nombre canta en la literatura colombiana. Es un patrimonio viviente de Cartagena de Indias. La Palma Real, una distinción de la Universidad Tecnológica de Bolívar, será entregada por la rectora Patricia Martínez, a las 6 de esta tarde en acto especial en el Auditorio Jorge Taua, en Manga, al escritor Roberto Burgos Cantor. El gran narrador irrumpió siendo muy joven, con su cuento “La lechuza dijo el réquiem, en 1965 en las páginas de la revista “Letras Nacionales”, que dirigía el escritor Manuel Zapata Olivella. Su escritura es de una belleza clara y profunda como esas piedras pulidas por las olas. Lleva medio siglo escuchando la voz de las palabras. Sus cinco novelas y sus cuatro libros de cuentos son parte del patrimonio literario de la nación y el continente. Uno conoce el espíritu viviente y orgánico de la Cartagena de Indias cotidiana del siglo XX y la tragedia de la esclavitud en el Siglo XVII, gracias a novelas como “El patio de los vientos perdidos”, “El vuelo de la paloma”, “Pavana del ángel” y “La ceiba de la memoria” que ha ganado el Premio Casa de las Américas 2009. Hay en su mirada una pesquisa afortunada de lo invisible: como quien reconstruye las emociones de los pasajeros de un tren que dejó de viajar entre Cartagena y Calamar, pero hay además una necesidad de preservar el encanto de la palabra hablada, de las historias y de la inventiva oral e imaginativa del ser cartagenero. “La ceiba de la memoria”, es una de las novelas mayores de la literatura colombiana: plenitud de la palabra y de la historia convertida en canto y lamento, nostalgia e invención, más allá de las marcas de la piel y el alma de los africanos subastados en las plazas donde hoy la huella del hierro candente en la nalga de Etelvina se rebela en danzas, reclamos y conjuros de libertad. Es un convencido de que el ritmo poético no es un asunto de la escritura sino revolución de la vida. La narrativa ensancha sus alas y logra la finura y el privilegio de la poesía: cuento y canto de lo vivido. “La poesía es la clave de la libertad de la prosa”. Sus cuentos son también una forma de atrapar lo cercano e intangible de la cotidianidad barrial y comunitaria: desde “Lo Amador”, bello nombre de cuento y barrio, que salva del olvido a criaturas de patio y esquina, cantantes y boxeadores, reinas populares y mecánicos nostálgicos en el barrio plateado por la luna. Sus otros tres libros de cuentos: “De gozos y desvelos”, “Quiero es cantar” y “Juego de niños”, nos devuelven una ciudad descarnada y amorosa, festiva y doliente, como una canoa aferrada a sus orillas. Entre el ser que escribe y padece las emociones de las palabras, hay una criatura de una nobleza excepcional, consagrado en hacer de la literatura el mejor pretexto para amar a sus semejantes.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS