Cultural


Primer día de Hay Festival: hay ideas que le dan cuerda al mundo

Carlos Magdalena tiene veinte años cuidando plantas amenazadas, en el jardín de Londres. Su libro El mesías de las plantas, es excelente. Está en Hay Festival.

EL UNIVERSAL

01 de enero de 2019 12:00 AM

GUSTAVO TATIS GUERRA

01 de enero de 2019 12:00 AM

Un alfabeto de música y palabras antiguas duerme debajo del mar de Cartagena. Es el eco de la música de las palabras.

En un solo día, tantas visiones: la del médico, diplomático y escritor francés Jean- Christophe Rufin, uno de los fundadores de Médicos sin Fronteras; la del historiador y fotógrafo noruego Morten Strokgsnes, quien nos trae un espléndido regalo editorial: ‘El libro del mar’, que narra con poesía y sabiduría sus experiencias como explorador de mares y nos cuenta el secreto de las criaturas abismales.

La mirada de un ser excepcional como Carlos Magdalena tiene más de veinte años en el Jardín Botánico de Londres, cuidando especies amenazadas. Su libro, publicado en 2017, ha terminado por bautizarlo a él mismo: ‘El mesías de las plantas’.

A él le debemos el rescate del nenúfar más pequeño del mundo. Al entrar por primera vez al jardín de Londres, tuvo la certeza de que no le alcanzaría la vida para abarcar las maravillas secretas de las plantas, y emprender la aventura de protegerlas.

Es uno de los grandes invitados a Hay Festival de Cartagena. Anoche, en el Teatro Adolfo Mejía, su sensibilidad y su conciencia, iluminaron el auditorio. Su libro es un tratado de intuición y vocación por la belleza, un manual de sensibilidad artística. Su certidumbre es que cada ser humano debe conmoverse ante la amenaza de que se extinga una planta o una flor que para embellecer la vida, ha tardado tanto tiempo en aparecer en la naturaleza. El escritor colombiano de novelas infantiles y juveniles Celso Román, quien celebra cuarenta años de su libro clásico ‘Los amigos del hombre’, para citar algunas de las inmensas sorpresas que depara esta conversación al pie del agua.

Las cosmovisiones indígenas de Sherie Dinaline, en Canadá, y Weildler Guerra Curvelo, en La Guajira, tienen puntos de encuentro: la vigencia del pensamiento indígena que siempre ha estado escuchando el corazón de la tierra.

El primer día de Hay Festival Cartagena fue un convite de ideas y pensamientos que no solo enriquecen el mundo, sino que aspiran a cambiarlo.

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