De seres románticos, utópicos, cantores y contadores de historias, enamorados de la vida, a quienes se les denomina titiriteros, son las manos detrás de los hilos, guantes, calcetines y demás elementos que dan sostén, movimiento o cuerpo a unos muñecos tan reales como fantásticos: los títeres.
No recuerdo qué vi ni qué sentí la primera vez que asistí a un espectáculo de este tipo, ni siquiera qué edad tenía, debía estar muy niña. Lo que sí recuerdo es que la última vez que fui ya era mayor de edad y experimenté una indescriptible fascinación por estos muñecos capaces de actuar e interactuar entre sí para contar y representar una historia, pero no cualquier historia.
Ellos le dan a cada escena un sentido humano, hablan de amores y luchas, e incluso educan con sus actuaciones, porque se ha podido demostrar que el arte de los títeres, como expresión de la cultura, puede generar procesos a favor de los valores sociales, la convivencia, la enseñanza, la identidad cultural, la salud mental y el medio ambiente. Lea: Un cortometraje sobre la épica batalla de 1741
Por supuesto también a mí. Y es que, en los más pequeños, los títeres incentivan la creatividad, la motricidad fina y gruesa, la concentración, la sensibilidad, el respeto por ellos y los otros; el amor, la fantasía y la paz como valores supremos.
Basta con ver una función de teatro de títeres para quedar maravillado con los coloridos muñecos, que hablan de acuerdo a sus características físicas y al material con el que están construidos, como con quienes están detrás y delante de ellos. Lea: Expertos en salud hechos de trapo


“En el teatro de títeres y en los cementerios es donde el hombre adquiere aguda conciencia de sí mismo. En los primeros porque ve lo que es antes de su vida y en los segundos porque ve lo que es después de su muerte, un muñeco”, expresa Eliécer Manuel Paternina Montes, titiritero y actor con 27 años de experiencia.
Él es miembro fundador de la Red Nacional de Festivales de Teatro de Títeres, Colombia Títeres; y de la Asociación de Arte Trotasueños, organizaciones detrás de la puesta en escena de aquel evento que llegó a mi corazón y que cada año llega a más corazones: el Titirifestival.

Desde el año 2000, grupos de teatro de títeres locales, regionales, nacionales e internacionales son convocados en Cartagena para exhibir su arte en salas de teatro, centros culturales, instituciones educativas públicas y privadas, bibliotecas, hoteles, canchas deportivas, plazas, calles, patios, auditorios como el del centro comercial San Lázaro Distrito Arte, Teatro Adolfo Mejía y Castillo San Felipe de Barajas; e incluso en corregimientos y veredas circunvecinas.
Es así como en los 22 años de historia del Titirifestival, artistas extranjeros de Argentina, Brasil, Cuba, República Checa, Chile, Ecuador, España, México y Perú, así como nacionales de Cartagena, Bogotá, Cali, Barranquilla, Manizales, Montería, Medellín, Valledupar, Apartadó, Palmira, Sincelejo, Santa Marta, Bello, Sahagún, Armenia, Tunja y Popayán, se han presentado en funciones que han llegado a un total de 167.925 personas de todas las edades.

Si no has tenido la fortuna de ser uno de sus espectadores, este año tienes una nueva oportunidad. La versión número 23 del Titirifestival se realizará del viernes 22 al sábado 30 de septiembre, con apoyo del Programa Nacional de Concertación del Ministerio de Cultura, el Programa Departamental de Estímulos del Instituto de Cultura y Turismo de Bolívar (Icultur), el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), la Alcaldía de Cartagena y el Hotel Cartagena Plaza.

Eliécer destaca que desde su creación, el Titirifestival “está aportando al mejoramiento del tejido social y humano y al fortalecimiento de los lazos familiares, convirtiéndose de esta manera en un evento de ciudad”.
Resalta además que gracias a este luchado espacio sociocultural, los titiriteros han logrado “ser reconocidos, valorados y respetados por parte de la sociedad cartagenera, estar presentes en el lenguaje de los niños y niñas, ser aceptados por las instituciones educativas tanto públicas como privadas, ser reconocidos por las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, y ser reconocidos por las universidades como elemento de valor en la pedagogía para infantes”. Lea: El Teatrino: Una bodega convertida en arte
No obstante, aún tienen metas por cumplir, como lograr ser apreciados por toda la comunidad, “pues el arte no se consume, se aprecia para poder dar un valor, ya sea tangible o intangible, y entonces ser parte de la canasta familiar”, anota el licenciado en educación artística. E insiste, dejando ver un anhelo que hoy pareciera utópico: “Aún no somos masivos, a pesar de ser muy populares. Falta masificación, faltan más titiriteros en la ciudad”.
La programación del Titirifestival estará disponible en los próximos días en la página en Facebook de Trotasueños Cartagena.
En el Titirifestival se han presentado títeres de las siguientes técnicas:
- Marionetas fabricadas en madera y animadas con hilos.
- Títeres de animación a la vista, fabricados con madera, telas, fibra de vidrio y papel maché.
- Títeres de guante fabricados con papel maché, fibra de vidrio, cartón, telas, goma espuma y madera.
- Títeres bocones fabricados con goma espuma.
- Títeres con parte viva que reciben una parte prestada del cuerpo del titiritero.
- Títeres de dedo fabricados con telas y paño lency.
- Títeres de sombras fabricados con odena de zapatería y acetatos.
- Títeres peleles fabricados con madera y telas.
- Humanotes, que es la composición entre un títere y un titiritero.
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