El libro de investigación periodística ‘Las citas de lujo de La Madame’, de Wilson Morales Gutiérrez, acaba de aparecer en editorial Planeta y circula desde este noviembre en las librerías de todo el país.
La crónica de Wilson Morales no pretende redimir a nadie, ni ponerse del lado de nada ni de nadie. Solo busca contar la historia, escuchando todas las voces posibles, entre la luz y la sombra. Este reportero judicial, egresado de la facultad de Comunicación Social de la Universidad de Cartagena, está vinculado a El Universal desde hace ocho años.
El reportero construye su historia con los testimonios de los protagonistas, el juicio de las autoridades y la visión paradójica y siempre contradictoria de sus propios ciudadanos. Hace ya muchos años, alguien había alertado en una nota que fue un clamor en el desierto, que Cartagena era otra vez la historia repetida de Eréndira en el desierto sin redención del turismo mundial, si alguna vez fue la ruta de los conquistadores codiciosos tras el espejismo de El Dorado, en el siglo XX se convirtió en el burdel lujoso e insoslayable del Caribe.
La reciente historia de ‘La Madame’ nos devuelve a más de cuatrocientos años de secretos amurallados, tan parecidos al olvido en Cartagena de Indias. Podría encarnar lo que la misma ciudad se ha negado a reconocer, y es que, a lo largo de los siglos, bajo la mirada de conquistadores, inquisidores y jueces, e incluso de la misma ciudadanía pasiva y complaciente, ha crecido junto a los otros bazares, el oficio más viejo de la humanidad, degradado en esclavitud sexual. Morales ha escrito con el rigor de los artesanos y la mano incansable de los constructores de murallas, para que los lectores construyan el rompecabezas de esta intrigante historia de Cartagena.
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