Cultural


Yasmina Coquel, recuerdo de alegría viva

Hace un año partió Yasmina Coquel, docente y gestora cultural de Getsemaní. Hoy sus familiares y amigos la recuerdan.

Era la evocación misma de una alegría infinita. Esa que irradiaba a todos a su alrededor. Porque siempre estaba con una sonrisa o dispuesta ayudar a quien lo necesitara. Así era Yasmina Coquel de Zuleta, una cartagenera nacida en San Diego, el 27 de abril de 1951, y criada en Getsemaní, quien durante muchos años se convirtió en inspiración de vida. Fue docente por más de cuatro década, así que formó a varias generaciones de la ciudad en una carrera que se inició en el Colegio Lácides Segovia (hoy Concejo de Cartagena) y continuó en el Mercedes Ábrego, en el Sindicato del Lotero, en el Ciudad Barranquilla y, por último, en la Escuela la Milagrosa de Getsemaní, donde se pensionó.

“Sus vecinos la recuerdan como una mujer alegre, extrovertida y bailarina”, se lee en una reseña del diario El Getsemanicense. “Mi mamá era una persona muy querida, carismática, de esas que se sacaban el pan de la boca para dárselo a otro, ayudaba mucho a los vendedores ambulantes, a todo el mundo lo trataba por igual. Era la persona más alegre, para ella no existía persona mala”, señala su hija Yolanda Zuleta.

Más sobre su vida

Yasmina se convirtió en una gestora que participaba en obras sociales y eventos culturales. “Desde su infancia hizo parte de grupos sociales y culturales. Pertenecía como a diez”, añade Yolanda. Era hija de Roberto Coquel y de Enriqueta Tuñón, vivió en la Calle San Juan, en la Calle Larga y en la Calle San Antonio de Getsemaní, donde sus vecinos la recuerdan con el afecto que solo despiertan personas como ella. Se casó con Miguel Zuleta y tuvo cinco hijos: Yolanda, Liliana, Gina, Miguel y Karen.

Por último, vivió en el barrio El Cabrero, antes de su lamentable muerte el 1 de julio de 2019. Tras su partida, el entonces alcalde de Cartagena, Pedrito Pereira, realizó la entrega de un decreto a su familia en un homenaje póstumo para Yasmina, para “resaltar su trabajo de toda la vida en pro de la cultural y la educación, los cuales estuvieron basados en los valores de convivencia ciudadana e integración comunitaria, servicio social y amor por la ciudad de Cartagena”.

“Después de su partida, antes de su sepelio, le hicieron un homenaje en la iglesia de Getsemaní, llegaron como unas tres mil personas, le llevaron papayera como ella quería y fue escoltada por la Policía, con sirena y todo. Si tú preguntas, a ella todo el mundo la recuerda con mucho cariño”, asegura Yolanda.

Hoy, cuando se cumple un año de su partida, amigos y familiares continúan recordando a Yasmina con esa alegría que siempre irradió.

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