Confederaciones de Brasil “aprobada” pero mucho por hacer para el Mundial

Esta Copa dejó ver estadios bien, transporte regular, telecomunicaciones deficientes. La escasa infraestructura resistió este torneo que se juega con solo ocho selecciones y sin mayor movimiento de turistas. 
Gas para todos 
De un lado goles y aplausos, del otro protestas y a veces enfrentamientos violentos entre la policía y manifestantes. Así transcurrieron los 15 días del torneo. 
Las masivas protestas contra los gastos públicos para el Mundial -calculados en 15.000 millones de dólares- y por mejores servicios públicos, fueron dispersadas muchas veces con gases lacrimógenos y balas de goma cuando los manifestantes intentaban traspasar los perímetros de seguridad de los estadios. Hubo denuncias también de represión policial contra manifestantes pacíficos. 
Y el gas no discrimina. Cientos de hinchas quedaron atrapados entre las cortinas de humo y muchos ondeaban ante la policía sus billetes de ingreso como bandera de paz, buscando un salvoconducto para poder llegar a su fiesta. 
En la final, el domingo, un leve olor a gas llegó a las tribunas. A pocas cuadras se desataba una batalla campal. 
Seis y seis por venir 
La logística de acceso a los estadios funcionó con bastante éxito. 
Antes de que las manifestaciones del domingo en Rio de Janeiro degeneraran en confrontación con la policía (el gas lacrimógeno se llegó a sentir inclusive en el estadio), los 73.500 espectadores estaban ya sentados y esperando la ceremonia de clausura. 
El secretario general de la FIFA Jerome Valcke constató que “un determinado número de cosas no funcionó” en la Copa Confederaciones “porque recibimos los estadios un poco tarde”. 
Los controles de acceso electrónico no funcionaron, muchas veces las máquinas de rayos X no estaban ni instaladas, como en Salvador, y el público se quejó del elevado precio de la comida y bebida en estadios. 
Héroes y villanos 
La hinchada brasileña fue genial y se lleva aplausos en esta Confederaciones. No sólo en los juegos de Brasil -en los que contagiaban al más escéptico- sino en todos, adoptando a selecciones como la de Tahití, la más débil, o Nigeria, con la que se identificó la 'torcida' de Bahía, donde se concentra la mayor población negra del país. 
España se llevó sus buenos abucheos, algo a lo que no estaba acostumbrada el mejor equipo del mundo, habituado a acaparar aplausos. Uruguay tampoco se fue por debajo de la mesa y alguna silbatina llevó. 
Metro, bus o nada 
Las obras prometidas de movilidad urbana están claramente atrasadas. Pero como la mayoría de los aficionados que acudieron a los juegos de la Confederaciones eran de las propias ciudades, no hubo mayores quejas. 
En Rio de Janeiro el metro fue la opción y funcionó bien. Al Maracaná se puede llegar a traves de tres estaciones. 
En Salvador, el gobierno dispuso de grandes buses para trasladar a los hinchas y la evaluación fue positiva. 
Pero Recife fue un dolor de cabeza, pues llegar hasta el estadio, a 30 km de la ciudad, podía llevar dos horas tras recorrer una ruinosa carretera llena de baches y con muchos embotellamientos.
La pesadilla aeroportuaria 
Para la Confederaciones, el porcentaje de aficionados extranjeros fue mínimo, menos de 3% del total, y el traslado aéreo en el país no fue mayor de lo normal. 
E igual hubo colapso. Los aviones iban llenos siempre, las filas en las terminales eran largas, la estructura aún obsoleta. Muchas  obras de ampliación de las terminales aún están en el debe. 
“Creo que necesitaremos más aeronaves para facilitar el movimiento de las personas”, indicó Valcke en una entrevista con Globo Esporte. 
¿Aló, aló? 
Hacer una llamada celular en Brasil es una misión complicada y hablar por más de cinco minutos, casi imposible. 
Los paquetes de datos de la telefonía móvil 4G, una exigencia de la FIFA y que comenzó en la Confederaciones, funcionan solo dentro de los estadios y en algunos escasos lugares, pero en general las conexiones son malas, constataron fotógrafos de la AFP, que necesitan transmitir grandes cantidades de material en pocos minutos. 
El gobierno espera que el 4G cierre el año con 4 millones de suscriptores. 
Un cuarto por favor 
Algunos buenos, otros peores, pero eso sí, todos caros. 
Durante la Copa Confederaciones, los hoteles subieron en promedio un 60% y se espera que en un año aumenten de 200% a 300% para el Mundial, según un estudio de Embratur, ente gubernamental del turismo, citado por la prensa.