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Forjadas para ganar en pandemia

estas deportistas locales se las arreglaron para seguir cosechando títulos.

Para ganar el oro en el Festival Nacional e Internacional de Saltos, Neyla González tuvo que afrontar dos obstáculos. El primero, el más impredecible, fue hacer parte de su preparación en un gimnasio que tiene en casa debido a la pandemia del COVID-19. El otro, más común, una lesión de tobillo a 15 días de la competencia.

A sus 18 años, la atleta cartagenera superó sus obstáculos con sacrificio y trabajo. Adaptada a una nueva realidad, ahora se prepara y sueña con alcanzar la marca para clasificar al Mundial de Atletismo sub 20 en Nairobi, Kenia.

El mundo cambió

Más de un año ha pasado desde que el mundo cambió por la pandemia. El deporte sufrió un golpe sin precedentes. Campeonatos y eventos deportivos en todos sus niveles fueron cancelados durante un tiempo y con los meses, poco a poco, las competencias volvieron a medida que la gente se adaptaba a una nueva realidad.

Para los deportistas, los procesos también cambiaron. Los accesos a sus centros de entrenamiento se restringieron y tuvieron que seguir preparándose en casa con ayuda de herramientas digitales.

Muchos califican el periodo como un momento complicado, que provocó retrasos en trabajos como técnica o acople en los deportes de conjunto, pero que no evitó que siguieran cosechando triunfos para Cartagena y el departamento de Bolívar.

Todos estos momentos de dificultad también fueron el pistoletazo para que varios de los deportistas se tomaran un respiro en sus estrictos entrenamientos, se reconectaran consigo mismo, con sus familiares más cercanos y luego se encaminaran a esos logros que conquistaron en los últimos meses.

Así lo reconoce la patinadora María José Porto, que en 2020 pasó de categorías menores a mayores y en este 2021 consiguió su primer título en el Torneo Nacional Interclubes que se disputó en Bogotá.

Para ella, pasar a entrenar desde su casa para mantener el estado de forma durante el tiempo de pandemia fue traumático porque tuvo que desconectarse de los patines y otras actividades de su deporte que no se pueden hacer en espacios cerrados.

Explica que aunque los entrenamientos se enfocaron en fortalecimiento y técnica, también tuvieron que bajar las cargas de trabajo y eso le llevó a perder el ritmo.

“Cuando abrieron los escenarios, volver fue un poco difícil porque llevábamos otro ritmo, queríamos volver a como estábamos antes de la pandemia, queríamos matarnos, y fue un poco frustrante porque volvimos y no nos sentíamos en el nivel”, dice.

“En los campeonatos nacionales se notó toda la falta que nos hizo hacer gimnasio, montar el kilometraje en bicicleta, la velocidad de los patines, se notó porque los tiempos que estábamos haciendo estaban más bajos de lo normal”, añade.

Sin embargo, cree que la pausa por la pandemia le permitió encontrar un plus para empezar a sobresalir y ganar su primera medalla de oro en las competencias de mayores.

“La pandemia nos enseñó que debemos esforzarnos siempre, que no debemos dejar de luchar. Nos hizo tomar un receso corto, enfocarnos en las debilidades para fortalecerlas. A mí me pasó, me enfoqué en mejorar la técnica y en lo que me hacía falta y obtuve resultados”, apunta María José Porto, que tiene como objetivo el próximo evento nacional y conseguir un cupo en el selectivo para representar a Colombia en el mundial de patinaje.

SUEÑO MUNDIAL

La pandemia no frenó las intenciones de Neyla González, que se ha propuesto clasificar al Mundial de Atletismo sub 20 de Nairobi, en Kenia.

Mientras se prepara para un Nacional en Barrancabermeja el 21 de junio, la cartagenera recuerda esos días en los que la pandemia le impidió continuar con sus entrenamientos en la pista.

“Lo más duro fue que no podíamos entrenar en los escenarios, porque nosotros trabajamos la técnica allí. En mi prueba se necesita mucha técnica y es muy difícil entrenar esa prueba en mi casa”, dice González, que explica que su preparación física la pudo continuar porque tiene un gimnasio en casa. Sin embargo, asegura que en el salto alto el entrenamiento en pista es importante para mejorar la técnica y el rendimiento competitivo.

Su resiliencia la puso a prueba cuando, al regresar este año a los escenarios, sufrió una lesión de tobillo que amenazó su participación en el Festival Nacional e Internacional de Saltos en Ibagué. Se aferró a un equipo de fisioterapeutas cartageneros y todavía con dolores leves afrontó el reto.

Los resultados se le dieron, aunque dice que la lesión y la falta de trabajo específico en técnica le impidieron conseguir la marca que buscaba.

“Mi técnica estuvo afectada en la primera competencia, sumado a que estaba lesionada, la carrera la tenía malísima porque no teníamos mucho tiempo de preparación en pista, pero me fue excelente”.

“Ahora me estoy preparando para el nacional sub 20 en Barrancabermeja, campeonato que nos va a dar entrada a un suramericano, en el que tendría otra posibilidad para conseguir la marca para clasificarme al Mundial”, señala como su próximo objetivo.

REGRESO DORADO

La gimnasia de Bolívar ha tenido un 2021 dorado. Tras superar la dureza de la pandemia, las competencias en la disciplina volvieron de manera virtual y de esa forma las chicas han brillado para el deporte local.

En abril el equipo cartagenero participó en el Word Gymnastics Cup de Gimnasia Artística Femenina, que contó con la participación de España, Brasil, Guatemala, Honduras, México, Argentina, Ecuador, Chile, Bolivia, Perú, Venezuela y Colombia.

Los resultados fueron 12 oros, 6 platas y 4 bronces, que reflejan la alta capacidad de adaptación que tuvieron las gimnastas para mantener un alto nivel a pesar de las dificultades de la pandemia.

Harold Coronel, entrenador de la selección Bolívar de gimnasia, recalca que durante la cuarentena estricta tuvieron que idear planes de trabajo en casa.

No fue fácil porque elementos como mascotas, sillas, muebles, espejos, retratos, puertas o pisos resbaladizos, muy comunes en las casas, podían provocar lesiones. Para entrenar apelaron a la creatividad. Palos de escobas, trapos, colchones, paredes, neumáticos de bicicletas, balones, se convirtieron en herramientas útiles para continuar con las progresiones.

“Nos tocó hacer un protocolo de acción, de entrenamiento en casa, porque queríamos mantenerlas motivadas, en la lucha, seguirles vendiendo la idea de que sí podían, que esto era transitorio y que iba a ser uno de los muchos retos que la vida les iba a presentar”, explica el entrenador.

Coronel reconoce que a pesar de las dificultades, el trabajo que realizaron en casa durante la cuarentena estricta, les permitió preparar las competencia a un mejor nivel cuando volvieron a entrenar en el escenario a finales del 2020.

“La preparación física general y especial desde las casas nos sirvió mucho para cuando ellas regresaran no se sintieran pesadas y fuera de forma, para que la parte técnica la retomaran de la mejor manera. Gracias a Dios nos funcionó y cuando vinieron los eventos virtuales vimos la oportunidad, no solo de competir, sino de que las niñas mostraran el trabajo que venían haciendo y que se dieran cuenta que todo lo que habían hecho no había sido en vano”, dice.

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