El Liverpool rozó la gloria de conquistar la Premier League y soñó durante muchos minutos con la sorpresa, pero la victoria del Manchester City contra el Aston Villa convirtió en intrascendente el triunfo ‘Red’ contra el Wolverhampton Wanderers (3-1). Le puede interesar: Díaz y los Reds van por título de Premier
Los de Jürgen Klopp se llevaron el palo de encajar un gol tras un error grave de Ibrahima Konaté, que se comió un saque de puerta en largo del Wolves y permitió que Raúl Jiménez entrara solo en el área. El mexicano conectó por abajo con Pedro Neto y éste puso 0-1 arriba al Wolves en Anfield.
Finalistas de Champions League, campeones de FA Cup, campeones de Carbao Cup y llevaron la definición de la Premier League al límite (tramo final de la última jornada). Hoy no pudo ser, pero el Liverpool de Klopp merece ser reconocido. Nada que reprocharles. EQUIPO MEMORABLE. pic.twitter.com/veUKhYdVH0
— Invictos (@InvictosSomos) May 22, 2022
Comenzó entonces el acoso y derribo del Liverpool, que, consciente de que el City iba perdiendo en el Etihad, tenía una oportunidad irrepetible por delante.
No tardó en llegar el empate de Sadio Mané, que definió muy bien delante del portero del Wolves tras un taconazo de Thiago Alcántara, pero luego se enredó el partido.
Primero se lesionó Thiago, sustituido con mala cara y preocupado al descanso por alguna molestia muscular, y luego el Wolves se aprovechó del arrojo ‘Red’ para tener espacios a la contra. Le puede interesar: Las posibilidades del Liverpool para ganar la Premier League
Dijo Guardiola hace unos días que "𝐞𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐝𝐢𝐟𝐢́𝐜𝐢𝐥 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐏𝐫𝐞𝐦𝐢𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐂𝐡𝐚𝐦𝐩𝐢𝐨𝐧𝐬"... y al Liverpool no le llegaron 92 puntos y sólo 2 derrotas en 38 partidos para conquistar el título pic.twitter.com/UUzgrU9KGl
— MARCA (@marca) May 22, 2022
No definió Raúl Jiménez la más clara, un mano a mano con Alisson que desaprovechó, y hasta los diez minutos finales no consiguió su objetivo el Liverpool. Una jugada rocambolesca con una pelota salvada encima de la línea y que tuvo que remachar Mohamed Salah, que salió al rescate en la segunda parte. Una opción a la desesperada de Klopp, que no quería arriesgar al egipcio, pero que no tenía más remedio.
El 2-1 llegó ya con el City ganando al Villa, por lo que la celebración en Anfield fue comedida, al menos entre los aficionados, que sabían lo que ocurría en Mánchester. Con las defensas del Wolves caídas, Andy Robertson remató el encuentro, puso el 3-1 y emplaza al Liverpool a sentenciar la temporada el próximo sábado contra el Real Madrid en la final de la Liga de Campeones.
Este domingo murió el sueño del póker de títulos del Liverpool, que no pudo recuperar la corona de la Premier League, pero aún tiene la oportunidad de sumar su séptima Copa de Europa y cerrar un triplete con la Copa de la Liga y la Copa de Inglaterra.
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