El cadáver se pasea en el cementerio. Real Cartagena firmó una lápida más en el hueco de la Primera B, en donde el contrato fue renovado para el 2018.
La tristeza en la hinchada de Real es total. ¡Otro año más en la B!, el sexto consecutivo y el décimo quinto en toda la historia. ¡Qué tristeza!.
Después de haber sido eliminados en semifinal ante Llaneros llegó el momento de sacar conclusiones y reflexionar sobre lo que viene.
Lo primero es tomar conciencia y aceptar que Real jugará nuevamente en este campeonato. Esa es la cruel realidad.
Observar qué se hizo bien, mirar las falencias y replantear son los pasos a seguir.
Creer en esta base de jugadores y darle continuidad al cuerpo técnico, en cabeza de José Fernando Santa, es lo más sensato en estos momentos.
No se puede desconocer que hay unos 13, máximo 14 jugadores, a los que se les puede sacar provecho la próxima temporada.
Tampoco se puede decir que al equipo no se le vio trabajo en la cancha, al contrario, vino de menos a más, Santa tomó una “ripia” de equipo, armado por Willy Rodríguez, pero no le alcanzó para coronar.
¡Embarradas!
Seguro que Santa tuvo algunos desaciertos como por ejemplo no haber visto en Jaime Silva, un jugador talentoso en la zona medular para tener en cuenta como titular. Al joven cartagenero solo le falta continuidad para triunfar.
A lo mejor, en el último juego, David Ferreira debió ser inicialista por lo que representa para el equipo, pues si se le trató bien la contractura muscular y no había mañana debía estar en el terreno de juego desde el minuto inicial.
Y seguro que Santa cometió otras embarradas, pero más allá de eso hizo una buena labor con una nómina súper reducida a la que, como dicen por ahí, “le sacó todo el jugo”.
¿Y la plata?
Se debe mantener la base del equipo, darle continuidad al cuerpo técnico y meter tres o cuatro jugadores de nivel y con cierta experiencia para apuntarle a ganar el primer semestre de 2018.
¿Y la plata?. Buena pregunta. Esta nómina es relativamente barata y el cuerpo técnico algo costoso. La labor de los dirigentes es mantener la base y el cuerpo técnico, ese debiera ser su compromiso con una ciudad que ha estado en los últimos cinco años en la Primera B.
Ellos tienen la tarea de buscar la fórmula para garantizarle a la hinchada un equipo serio y con aspiraciones de título. Solo así se puede pensar en regresar a la máxima categoría del fútbol colombiano, en donde una plaza como Cartagena no puede faltar.
Los caminos
Hay muchos caminos. Si quieren ascender, los máximos accionistas, en cabeza de la familia Rendón, deberán tomar las mejores decisiones.
Es su obligación armar un equipo que trabaje en base a un mismo propósito y la mejor ruta en estos momentos es respaldar a los más rendidores, reforzar algunas posiciones para tener un grupo altamente competitivo con 18 jugadores y sumar al grupo jóvenes talentosos de las categorías menores para ir construyendo un verdadero camino exitoso.
Esa es la ruta, pero hasta ahora el futuro es incierto y quién sabe hasta cuándo. Llegó el momento de reflexiones sensatas y serias si lo que se quiere es regresar a la Primera A.
Incertidumbre
¿Los dueños del Real venderán parte de las acciones?, ¿habrá cartageneros que quieran comprar acciones e invertir en el equipo?, ¿los máximos accionistas estarían dispuestos a arrendar el equipo tres temporadas como aconteció en el 2004?
La Gobernación de Bolívar, gran aliado de Real Cartagena en los últimos meses, aún no se ha pronunciado. No se sabe si apoyará al equipo en 2018. El Distrito tampoco ha dicho nada. Hay incertidumbre.
Comentarios ()