Fútbol


¿Se acabarán los festejos y besos en el fútbol por el coronavirus?

Los festejos, abrazos y besos en el fútbol y en otros deportes, se acabaron. El coronavirus ha hecho que de ahora en adelante las celebraciones serán individuales.

El beso que Diego Maradona y Claudio Caniggia se dieron el 14 de julio de 1996 en el estadio La Bombonera de Buenos Aires, Argentina, tras uno de los cuatros tantos (4-1) con los que Boca Juniors derrotó a su eterno rival River Plate, ronda hoy en la memoria de los aficionados que se preparan para ver un “nuevo” fútbol.

Esa imagen, normal en las culturas argentina y europea, y que más tarde replicarían los jugadores Wayne Rooney y Tomasz Rodzinski (Everton), y Hristo Stoichkov y Ronald Koeman (Barcelona), y los entrenadores Carlos Ancelotti (Real Madrid) y Antonio Conte (Juventus), es impensada en los tiempos actuales de la pandemia del coronavirus.

Festejos menos atrevidos, como abrazos, “picos” y cargadas a los autores de los goles, inclusive estrecharle la mano al héroe del momento y saludar a los árbitros y adversarios antes y después de los partidos, también serán abolidos temporalmente en los campeonatos que alcancen a reanudarse, entre ellos los de Corea del Sur y la Premier League de Inglaterra, como acaba de anunciarse, para evitar contagios (ver información anexa).

De ahora en adelante las celebraciones serán más individuales, y cuando se quieran hacer grupales, deberán tener presente las recomendaciones del distanciamiento físico.

La sicóloga deportiva Lali Bustamante manifiesta que estas normas deben asimilarse de manera positiva por los futbolistas, pues lo que se está poniendo es una regla a una condición para que vuelvan a competir. “Es una forma de poder seguir jugando y hacer lo que les gusta –anota la sicóloga–, lo que los conecta, volver a la cancha, es una motivación luego de pasar tanto tiempo en cuarentena”.

DE GRAN RECORDACIÓN

Muchos festejos, a lo largo de la historia, son más recordados que los goles mismos, por la creatividad de los integrantes del equipo. ¿Quién no gozó con las manifestaciones histriónicas y “contagiosas” de la Selección Colombia, lideradas por Yerry Mina, Pablo Armero y Juan Guillermo Cuadrado en el Mundial de Brasil-2014?

Esos bailes “pegajosos” posiblemente continuarán en algunos equipos, aunque a más distancia y sin el calor de la gente en las tribunas durante un tiempo, pues llega el fútbol a puerta cerrada.

La especialista Bustamante, sin embargo, cree que todo es cuestión de adaptación y está segura de que aflorará la creatividad de los jugadores para expresar esos momentos de alegría y euforia con un guiño, señalar a los compañeros, adorar, mirar al cielo o hacer una mímica de forma individual que los reúna de corazón hacia el equipo y su hinchada. “No necesariamente nos tenemos que abrazar para expresar lo que sentimos; ellos buscarán que se vuelva un ambiente de fiesta, pero cumpliendo los protocolos”.

En el Medellín, por ejemplo, no se preparan coreografías, pero sí son muy vistosos los festejos de Jesús Murillo, Edwin Mosquera y Yesid Díaz mientras bailan, al ser rodeados por otros futbolistas.

El joven Juan Manuel Cuesta, quien ya se estrenó como artillero en el torneo colombiano, dice que van a extrañar mucho eso y los abrazos y saludos de los compañeros: “será incómodo porque estamos acostumbrados a recochar, pero debemos evitarlos si queremos jugar”. Tocará contener la euforia.

De lo que no hay duda es que él y sus colegas se inventarán maneras de hacer más visibles los goles y los triunfos, al ritmo salsa, reguetón o champeta, o como en cada inspiración lo hacen los referentes Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Luis Suárez, Falcao García y Paul Pogba y entre otros, de manera solitaria.

Los besos “maradonianos”, los abrazos y las pirámides humanas tan tradicionales deberán esperar hasta que la ciencia descubra una vacuna contra la covid-19 y el fútbol mundial recupere la esencia del espectáculo.

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