Gobierno respalda idea de Millonarios de renunciar a algunos títulos

Funcionarios gubernamentales de alto rango aplaudieron la idea del club Millonarios de renunciar a los títulos que logró cuando lo manejaba el capo de capos, el extinto Gonzalo Rodríguez Gacha.
El superintendente de sociedades Luis Guillermo Vélez calificó de digno el planteamiento y sugirió que otros en igual situación a la de equipo bogotano podrían imitarlo y coincidió con el ministro del Interior Fernando Carrillo.
“La idea me gustó mucho, es digna, demuestra talante y transparencia de la nueva administración de Millonarios”, opinó durante el anuncio sobre la eventual liquidación financiera del América de Cali si en seis meses no paga deudas fiscales y laborales por el equivalente a más de siete millones de dólares (Lea aquí: Millonarios renunciaría a dos títulos).
La ex candidata a la presidencia de Colombia Noemí Sanín encabeza la junta directiva del equipo desde hace un tiempo.
“Es un tema netamente ético, no legal; aquí no hay una obligación legal (renunciar a los gallardetes), subrayó Vélez tras aclarar que en caso de liquidarse al América no significará su desaparición, se crearía otra organización.
“Me gustaría que los demás clubes que durante épocas pasadas fueron de propiedad de narcotraficantes, de mafiosos, de gentes con plata mal habida también consideren la posibilidad de devolver las estrellas. Es un símbolo (renunciar a ellas) muy importante, realmente se estaría poniendo la casa en orden”, opinó en charla con los periodistas.
Carrillo fue el primer funcionario en elogiar el anuncio del presidente del onceno albiazul Felipe Gaitán a principios de semana.
“Gran lección daría Millonarios. Vamos a ver quiénes se apuntan a seguirlo en ese gesto histórico”, indicó Carrillo en su momento.
La posición del gobierno contrasta con la de sectores del fútbol, la crítica y la afición que rechazan la posibilidad de renunciar a las estrellas que logró el club en 1987 y 1988.
El paso de varios conjuntos a manos de jefes del narcotráfico se produjo a finales de la década de 1970 cuando la economía de Colombia tambaleaba, creció en los 80s y su presunta influencia en menor escala sigue, según distintos informes de las autoridades.