Desde las polvorientas calles de la comuna seis de Soacha se puede ver en lo alto de la montaña tres grandes cruces. Nadie sabe con exactitud por qué están allí, o si tienen algún significado particular, pero lo cierto es que ahí queda el barrio Altos de la Florida III.
Se trata de un populoso sector, sin servicios públicos básicos, mucho menos calles pavimentadas o Estación de Policía. Allí viven cientos de familias pobres, casi todas llegadas de otras partes del país, desplazadas por la violencia fratricida.
En horas de la noche allí impera el silencio que imponen las pandillas juveniles y que absorbe a muchos de los jóvenes y adolescentes que habitan la zona.
Es justamente a esa población, llena de carencias y sueños fallidos, que está dirigido ‘Golombiao’, un programa de Colombia Joven, de la Presidencia de la República, y que desde su creación cuenta con el apoyo Unicef.
‘Golombiao’ nació en 2003, está presente en casi todo el país y desde su creación por él han pasado casi 250 mil jóvenes. Su objetivo es promover la sana convivencia, evitar la vinculación de los jóvenes a las pandillas y grupos armados ilegales, evitar los embarazos de adolescentes y desestimular el uso de sustancias sicoactivas.
‘Golombiao, el juego de la paz’, como le llaman, es un partido de fútbol, como cualquier otro, pero con unas reglas muy particulares.
“Son equipos mixtos de niños y niñas, no hay árbitro sino reglas de convivencia, y el partido no lo gana quien mas goles meta sino el que más respete las reglas acordadas”, explica Olga Lucía Zuluaga, oficial nacional de protección de la Unicef.
El juego se basa en siete principios, cada uno representado por una manilla de un color, así: azul, es no discriminación; naranja, cuidarse y cuidar al otro; rojo, es la igualdad; verde, es cuidar el entorno; morado, representa la libertad de expresión; amarillo es participación activa, y el blanco que significa no violencia.
“En cada partido los jugadores se reúnen, escogen un principio por el que van a jugar, se ponen esa manilla y al final se reúnen y evalúan si todos cumplieron las reglas de convivencia”, agrega Zuluaga.
Una de las reglas básicas es que el primer gol en cada equipo debe convertirlo una niña, luego el turno es para los muchachos. Pero todos los goles son celebrados por ambos equipos sin ningún distingo.
Pero no se trata solo de jugar un partido de fútbol. De la mano de ‘Golombiao’ vienen otras actividades lúdicas y de formación que son replicadas en los colegios y escuelas, en el bario, en la cancha de fútbol.
La iniciativa ha tenido tal éxito que ya ha sido expuesta como ‘actividad exitosa’ en países como España, República Dominicana, Ecuador y Argentina.
En estos diez años se han realizado cuatro encuentros nacionales de ‘Golombiao’, el más reciente hace pocos meses en la ciudad de Montería.
Justamente este viernes al barrio Altos de la Florida asistieron representantes de los gobiernos de Tailandia, Singapur, Vietnam, Japón y Corea.
La muestra les pareció tan interesante, que incluso algunos de ellos se animaron y literalmente se pusieron la camiseta para jugar con los niños.
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