¿Se acuerdan de Iván ‘El Champeta’ Velásquez’, el futbolista cartagenero que representó de buena forma a nuestra ciudad en el balompié colombiano?.
Me refiero al de las largas zancadas y potente remate con ambas piernas. El de los goles en Santa Fe, Tolima, Nacional, Junior, Quindío, Caldas, Huila, Medellín, Quilmes de Argentina, Caracas, Mineros de Venezuela y Los Caimanes de Perú.
Jugó fútbol hasta el 2013, año en el que se coronó campeón con el equipo peruano y con 37 años decidió colgar los guayos, decirle adiós al deporte de los amores, en ese que anotó la no menospreciada suma de 135 goles como profesional.
Si algo tenía claro era que el fútbol seguiría pegado a él por siempre. No podía irse de este deporte y decidió poner su propia escuela en Ibagué (Tolima), en donde vivió los mejores momentos en su carrera como futbolista.
Iván fue un ejemplo de superación. En Cartagena jugó para Hechos y No Palabras y de ahí saltó al River de Buga de la Primera B luego que Humberto ‘El Tucho’ Ortiz viera en él condiciones para llevarlo al fútbol profesional.
Nunca se vio inmerso en ningún escándalo. Como futbolista fue serio y disciplinado y eso es lo que le inculca a las nuevas generaciones.
El remoquete de Champeta se dio en la década de los 90 por su gusto por este genero musical.
De futbolista a entrenador...
- Sí. Me gusta, tengo un club deportivo y, además, curso cuarto semestre en la Universidad de Ibagué como tecnólogo en Entrenamiento Deportivo en Fútbol. En la escuela hay 570 niños en varias categorías.
¿Qué tal esta experiencia?
- Positiva, todos los días aprendo y me entrego a un grupo de jóvenes que tienen sueños e ilusiones en esto del fútbol. En lo personal sueño con dirigir algún día en el fútbol profesional.
¿Por qué la escuela en Ibagué y no en Cartagena?
- Amo a Cartagena, pero en Ibagué encontré un poco más de tranquilidad, cercanía a las ciudades centrales de Colombia como Cali, Bogotá, Armenia, Pereira y Medellín, que me permiten movilizarme más rápido.
Jugó en muchísimos equipos, pero nunca en el Real Cartagena, el equipo de su ciudad... ¿por qué?
- No se dio la oportunidad, salí muy joven de la ciudad. Cuando estuve en selecciones Bolívar nunca se interesaron en mí y una vez convertido en profesional alguna vez me hicieron una oferta, pero no llenó las expectativas.
¿Qué opinión le merecen los futbolistas bolivarenses?
- Tienen mucho talento, pero hay muchos que son perezosos, no se esfuerzan, quieren que todo les llegue por arte de magia y así es muy difícil.
¿Cómo tener mejores futbolistas en Cartagena cuando hay pocas canchas?
- Los dirigentes encargados de estos temas pareciera que no les importara. Hoy se construyen muchos proyectos de vivienda y quitan espacio al escenario deportivo. Los jóvenes crecen en la soledad de los apartamentos, pegados a los celulares, a los video juegos y otras cosas. Se acabaron los juegos de golito en las calles, los torneos competitivos de fútbol. Sin canchas y con pocos torneos es muy difícil.
¿Qué mensaje le da a quienes sueñan con llegar al profesionalismo a través del fútbol?
- Que sean disciplinados, obedezcan a sus padres, entrenadores, profesores y acudientes. Deben tener respeto por lo que hacen y tener amor y pasión por este deporte. El único camino hacia el éxito es el trabajo, aquel que trabaja y se esfuerza tendrá su recompensa.
Por último, qué piensa de Colombia con miras al Mundial de Rusia 2018?
-Vive un momento regular, esto por que los jugadores que están por fuera no andan bien y esto afecta el nivel colectivo. Solo espero que con el paso del tiempo pueda encontrar ese nivel óptimo que la gente espera y está acostumbrada a ver. Hay un punto fuerte para que esto se dé y es contar con Barranquilla como sede, ahí Colombia se siente cómoda.
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