La niñez, la adolescencia y su formación estuvieron a cargo de su madre, Pilar, ahora, con 20 años de edad, la madurez que tiene le permite compartir con su esposa, Daniela.
“Mira Dani, es mi amigo James, está de cumpleaños, salúdalo”…; “Hola James, Feliz cumple”.
El 12 de julio de 2008, James cumplía 17 años, vivía en Argentina y una amiga de Medellín charlaba con él por internet, en ese momento estaba allí Daniela, lo felicitó y “desde ese día se sintió una química especial, como que el destino nos empezó a unir”.
Cuando James estaba en Medellín ganando la Ponyfútbol a los 12 años, Daniela tenía 11 y empezaba a entrenar voleibol, el deporte que la apasiona y del que llegó a ser integrante de selecciones nacionales en diferentes categorías e indiscutible como cuatro, opuesta o pasadora del equipo antioqueño.
Y desde aquel día, sólo hasta mayo de 2009, volvieron a charlar y lo empezaron a hacer más de seguido, en una relación ligada al fútbol, pero sin proponérselo, pues James no sabía que se trataba de la hermana del arquero de la Selección Colombia Sub20 ganadora del Sudamericano de 2005, David Ospina.
“Pero yo no tenía ni idea quién era James Rodríguez, ya que mientras él vivió en Medellín no lo conocí y cuando se fue para Argentina fue cuando vine a tener el contacto”, confesó Daniela.
“A mi hermano nunca le conté que hablaba con James, cuando fuimos novios sí le conté, pero David no lo conocía bien, es decir, sabía que existía el futbolista James Rodríguez, pero no se había relacionado con él, hasta que se conocieron en unas vacaciones de junio en medio de la familia”.
Y con James y David en el camino “yo vivo muy agradecida con Dios, por la suerte de tener dos personas tan maravillosas a mi lado, primero mi hermano y segundo, Dios puso en mi camino a una persona tan maravillosa como James”.
EL MATRIMONIO
Cuando el noviazgo se consolidó, fue aprobado ciento por ciento por las familias Rubio y Ospina, no tuvieron que tomar una decisión muy difícil, simplemente se dejaron llevar por el momento y programaron la boda que los uniría para siempre el 24 de diciembre de 2010.
“Decisión de casarnos no fue tanto así, sino fueron cosas de Dios, porque nada en la vida se da porque si y ya, todo se da porque Dios quiere y porque los dos hicimos cosas para estar juntos, pues los dos hicimos y seguimos haciendo esfuerzos para estar juntos”, explicó Daniela.
Sin embargo, en el momento de partir para Portugal “no fue fácil salir de la casa, dejar la familia, creo que para nadie es fácil convivir con otra persona, son muchas cosas complicadas”, porque la Selección de Voleibol de Antioquia también veía como se le iba una figura.
“Más que decidir dejar el voleibol de Antioquia por ir a Portugal, fue pensar en mi futuro, en mi vida, en mis sentimientos, no lo tomé como una decisión, porque era algo que no se iba a acabar para mí, porque lo podría jugar en otro país para estar al lado del amor de mi vida”.
Se casaron con 19 años James y 18 Daniela, una locura para muchos, pero Daniela tiene claro que “la gente en la calle habla, dice, pero no me importa gracias a Dios, me importan nuestras familias y la decisión que los dos tomamos, con la seguridad que la tomamos y estoy súper agradecida porque tanto mi familia como la de James nos apoyaron mucho”.
Por eso tiene claro que “el matrimonio fue uno de los mejores pasos de mi vida, la tomamos porque sentimos la necesidad de hacerlo, ya que cuando el amor es tan grande y está para grandes cosas, no hay nada imposible, siempre y cuando esté el amor y el respeto”.
Y en este tiempo, cuando están a punto de cumplir su primer aniversario, aunque por los compromisos de James no han podido tener luna de miel, Daniela está segura de que “ha valido demasiado la pena, mucho, estoy muy feliz, porque James es maravilloso, tranquilo, no me quedan palabras, aunque no puedo decir que no tenemos problemas, porque todos los seres humanos los tenemos, pero no son muchos, pues gracias a Dios tenemos mucho y no hay mayores motivos de discusión”.
SOBRE JAMES
Así como Pilar describió a James, Daniela también se encargó, en momentos diferentes y sin ponerse de acuerdo con la suegra, para manifestar lo que conoce de James, en menos palabras, pero con el mismo sentido.
“James es muy serio, muy callado, muy tímido, es un hombre maravilloso y la gente malinterpreta su timidez y piensan que es petulante, pero no, James es muy tímido, por eso me toca a mi tomar la iniciativa más veces que él”.
Y en el momento de describir a James, fue inevitable dejar pasar a David, ya que para Daniela son muy parecidos y cuando habla de David termina hablando de James y viceversa.
“David no se mete en nada de nosotros, él es muy humilde, callado, para él siempre todo está bien, siempre está con nosotros apoyándonos, nos llama y la verdad hay momentos en los que James y David se me parecen demasiado, por eso convivir con James es como sentir de cerca la forma de ser de mi hermano”.
Pero sobre James, Daniela está pendiente, porque su actitud ganadora, esa de la que todos se sienten orgullosos, Daniela piensa que no es del todo buena pues “al extremo todo es malo, por eso a mí me toca ayudarlo en momentos que piensa ver lo correcto y no es así, pero gracias a Dios cuenta con una muy bonita familia que le ayuda demasiado y todos siempre están pendientes de él”.
LA VIDA EN PORTUGAL
Ya en Portugal, Daniela se ha ido acostumbrando, pues estudia segundo semestre de administración de empresas, a distancia, en el Politécnico Grancolombiano.
“Trato de hacerme mi ambiente y James también en sus cosas, porque también tenemos que tener espacios, él con su fútbol, su Play, el perro y yo con mi voleibol, mi gimnasio y mis estudios”.
Y un día en la vida de James en Portugal, Daniela lo describió así: “Se levanta a las 8:00 de la mañana, le preparo desayuno, sale para el entrenamiento a las 9:30 para comenzar a las 10:30, regresa a la 1:30 casi 2:00, almorzamos, no le puede faltar la siesta, se levanta, juega Play y si no está muy cansado salimos a cenar, si se siente cansado yo hago la cena y ya”.
Pero Daniela reconoce que “la vida en Portugal es un poco triste, pero los dos sabemos llevar la vida, estamos todo el tiempo juntos, James es muy casero, si es por él podemos pasar tres días seguidos sin salir, para mí como mujer es un poco difícil, pero siempre estamos de acuerdo en lo que vamos a hacer”.
Y es que como jóvenes casados, sin hijos, la vida es diferente a los amigos sudamericanos de Portugal.
“Nos relacionamos con los compañeros sudamericanos, pero llegamos a un punto en el que todos tienen hijos, entonces nosotros nos podemos quedar hasta las 11 de la noche y ellos no, nos reunimos, pero no tanto, los únicos que no tenían hijos era Falcao y Lore, pero ellos lastimosamente para nosotros ya se fueron, pues por el bien de ellos”.
Así que por ahora, esta es la vida de James David Rodríguez Rubio, un tolimense de corazón, que vive con su esposa Daniela, se preocupa a diario por su familia, vive para darlo todo en su profesión, por el Porto y la Selección Colombia, mientras Daniela concluye diciendo que “aún no pensamos en hijos, queremos vivir nosotros y que sea lo que Dios quiera”.
Deportes
James David Rodríguez, un hombre maravilloso
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