La sonrisa del técnico, los abrazos de los jugadores y la satisfacción de los aficionados. La noche fue redonda en el Palogrande. El Once Caldas ganó su primer partido y todos felices a casa.
El equipo superó 2-0 a Jaguares en la primera fecha de la Liga Águila ante 9000 personas.
Los chispazos de buen fútbol, los goles y la victoria matizaron la fría noche que terminó muy alegre para la familia blanca que celebró en el debut y en una temporada que será larga y exigente.
El Once Caldas fue de menos a más en el juego. Le costó el primer tiempo; aún se ve sin ritmo o mecánica de juego, como dicen los técnicos, para terminar bien la acción ofensiva. No defendió bien su arco; el rival, con muy poco lo sorprendió.
Para el complemento, tras las correcciones en el camerino, el equipo tuvo más chispa. Corrió con más intensidad, tuvo mayor decisión y lograron los goles para la victoria en la temporada.
A los 14 minutos anotó el primero con Yesus Cabrera. Salida por la derecha con Yonni Hinestroza, asistencia para Luis Sinisterra y pase final para que Cabrera pegara fuerte y con potencia.
Con el gol a su favor desaparecieron la ansiedad, el estrés y los nervios del debut. Por eso llegó el segundo gol, cuando el rival acosó y dio espacios. Salida colectiva, con manejo y control en la mitad, filtraron por el lado derecho, Hinestroza envió el centro y Édder Farías llegó preciso y anotó.
El técnico Huberth Bodhert sintetizó lo ocurrido en el juego al final: "Una victoria importante que nos da confianza para seguir trabajando en la semana. Vamos por el camino correcto".
Más allá del trámite, con chispazos y vacíos, jugadores, técnicos e hinchas salieron felices porque se ganó, se sumaron los tres primeros puntos y hubo un desahogo por la falta de alegrías en el Palogrande.
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