A pesar de haber quedado eliminado el miércoles en los cuartos de final de la Liga de Campeones, el París Saint-Germain demostró al mundo del fútbol que está ya entre los grandes de Europa, después de haber empatado 2-2 y 1-1 en una semana contra el Barcelona, que se clasificó por el mayor valor de los goles fuera de casa.
Ocho años después de su última participación en la 'Champions', los parisinos regresaron al torneo en septiembre, después de la inversión de 250 millones de euros desde 2011, con la llegada desde Catar de los nuevos propietarios de la entidad.
El balance en esta Liga de Campeones ha sido muy bueno: sólo una derrota en diez partidos y unos cuartos de final emocionantes, en los que no ha perdido ningún partido ante el todopoderoso Barça de Lionel Messi, al que estuvo a punto de eliminar.
"Cuando llegamos, mucha gente no creía en nuestro proyecto. A partir de ahora se nos respeta", celebró el presidente Nasser Al Khelaifi. "Nuestro objetivo es ganar esta competición en los próximos cinco años", subrayó.
Muy preocupados por la imagen que el club proyecta ahora en Francia y en el resto del mundo, los dirigentes cataríes, tras este doble duelo con el Barça, pueden haber convencido a los más escépticos, después de que el equipo demostrara que puede plantar cara a los clubes más grandes del continente.
En el Barcelona han elogiado al rival francés y han reconocido el talento demostrado en estos partidos.
"Si perdimos algunos balones fue culpa del París Saint-Germain. Por su forma de jugar lo ha complicado todo y ha creado muchas ocasiones. Han gastado bien su dinero. Si continúan así va a estar entre los equipos más grandes de Europa", estimó el segundo entrenador del Barça, Jordi Roura.
Al final de la actual temporada, el París Saint-Germain podría continuar con su campaña de grandes fichajes.
En los últimos meses ha sonado incluso el nombre del portugués Cristiano Ronaldo (Real Madrid), que parece muy difícil, pero también otros jugadores de primera fila como el colombiano Radamel Falcao, el uruguayo Edinson Cavani o el inglés Wayne Rooney.
En el centro del campo parece que el portugués Moutinho y el italiano Daniele De Rossi gustan al cuerpo técnico de Carlo Ancelotti, al igual que otro portugués del Real Madrid, Fabio Coentrao.
Ancelotti, que probablemente se ha ganado el derecho a continuar una temporada más, tendrá como reto hacer un equipo compacto y no sólo una acumulación de estrellas, a la vez que deberá gestionar el descontento de algunos jugadores como Mamadou Sakho o Jeremy Menez, que se quejan del poco tiempo de juego.
El equipo intentará terminar la temporada a lo grande y para ello debe ganar la liga francesa, donde va líder con siete puntos de ventaja sobre el segundo, el Marsella.
Recientemente, el equipo perdió ante equipo pequeños como el Sochaux o el Reims, por lo que ha sido acusado de falta de regularidad, pero en general el rendimiento está siendo satisfactorio.
En la Copa de Francia, el equipo está clasificado para los cuartos de final, donde se enfrentará al Evian, por lo que el 'doblete' es posible.
En ambos casos parece posible un título de los parisinos, ya que a la ventaja en la liga se suma que en la Copa sólo Saint-Etienne o Burdeos parecen ser obstáculos importantes entre los que quedan con vida en el torneo.
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París SG demostró que está ya entre los grandes de Europa
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