“No tenemos dónde jugar, queremos que nos arreglen la cancha”. Un coro de voces de niños con balón en mano aclama por un arreglo urgente a una de las tantas canchas afectadas por la ola invernal en Cartagena, en un video que rueda por las redes sociales.
Se trata de una cancha polideportiva situada en la carrera 60 A, calle María Teresa Román, en el barrio Olaya Herrera.
A diferencia de otros escenarios deportivos en la ciudad, esta cancha no es un lodazal, pues está hecha de cemento para microfútbol y baloncesto. En cambio, desde hace varias semanas es una auténtica piscina.
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Según denuncian vecinos, el estado de la cancha es el resultado de una serie de problemas y comportamientos que aquejan al sector.
“Aquí las calles no son pavimentadas y el agua no tiene por donde salir. Nosotros abrimos las alcantarillas para evacuar el agua y se taparon con basura y otros sucios y por eso el agua de la cancha no tiene por donde drenar y cada vez que llueve se llena más”, explica Graciela Almeida, habitante de la calle.
La mujer dice que en los últimos días han encontrado culebras y otros animales en el lugar, lo que pone más en riesgo a los niños que, a pesar de la inundación, llegan a la cancha a divertirse.
Asevera que hace más de una semana se comunicaron con Acuacar para que revisara el estado de las alcantarillas y solo este martes 3 de octubre un funcionario arribó a hacer una inspección.
Sin embargo, la empresa negó tener información del caso en los días previos. Sostuvo a El Universal que uno de sus trabajadores reportó la situación en la mañana de hoy martes y, tras enviar a un inspector a evaluar, se determinó que la inundación se debe a falta de drenajes en la cancha para evacuar las fuertes lluvias y no a un rebose de aguas residuales desde el alcantarillado.
Acuacar informó que cerca a la cancha hay una cámara de inspección de alcantarillado que no está colmada, pero que selló herméticamente porque la comunidad la manipula para facilitar el desagüe, lo que genera que caigan sedimentos y otro tipo de desechos a las redes de alcantarillado. Esto provoca que se generen obstrucciones que empeoran la situación.
Con ese panorama, a los menores de la calle María Teresa Román les queda aferrarse a que finalicen las lluvias para volver a soñar con ser Falcao o James Rodríguez.
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