El esloveno Tadej Pogacar no solo no ha sufrido rasguños en las etapas menos favorables de la primera semana, sino que ha logrado renta con respecto a sus principales rivales para la general. Le puede interesar: Tour de Francia: Primoz Roglic llegó a meta con un hombro dislocado
El ciclista del UAE fue el gran triunfador de la quinta etapa, que tenía once tramos sobre adoquines, un ejercicio en el que muchos pensaban que podía sufrir. No lo hizo y fue el mejor de los pretendientes al podio en la meta de Arenberg.
Dos días antes de que el pelotón se tope con la alta montaña en el ascenso a La Planche des Belles Filles, el esloveno ha ido superando las dificultades con nota, mientras que sus rivales han sentido los rasguños de la carrera. Le puede interesar: [Video] Tour de Francia: los colombianos salieron bien parados del pavé
Camino de su tercer Tour consecutivo, Pogacar aventaja en 21 segundos al danés Jonas Vingegaard, segundo del año pasado, en 31 al británico Geraint Thomas, ganador en 2018, y 37 al ruso Alexandr Vlasov.
El colombiano Daniel Martínez está a 50 segundos del esloveno, su compatriota Nairo Quintana a 55 y el español Enric Mas a 1.02. El gran derrotado de la jornada es el esloveno Primoz Roglic, víctima de una dura caída a 32 kilómetros para la meta y que se dejó 2.08 con respecto a su compatriota, lo que le sitúa a 2.17 de Pogacar.
El segundo de 2020 se topó contra una de las balas de paja que sirven para proteger la carretera y se dislocó un hombro, aunque él mismo logró volver a ponerlo en posición para poder terminar la carrera. Por el momento, no tiene previsto abandonar.
Pero un año después de estrellarse contra una pancarta y quedar sin opciones para luchar por la victoria final, el ciclista del Jumbo tiene muy comprometidas sus opciones de victoria final.
Roglic no tiene suerte en el Tour. En 2020, cuando tenía la victoria al alcance de la mano, desfalleció en la contrarreloj final en La Planche des Belles Filles y acabó superado por Pogacar.
El ciclista del UAE parece, sin embargo, bendecido en la ronda gala, donde todo le sonríe, incluso aquel terreno en el que, sobre el papel, más puede sufrir.
“No es mi terreno favorito pero he tratado de sacar partido. Estoy muy satisfecho”, analizó el jefe de filas del UAE, que dijo esperar con impaciencia que la carretera se empine para reencontrarse con su terreno más favorable.
DEFENSA EL DÍA QUE TOCABA ATACAR
La etapa de los adoquines provocaba cierta incógnita en el pelotón. El Jumbo había montado un equipo de “clasicómanos” para obtener ventaja en los “pavés”. Pero todo les salió al revés y la jornada pensada para atacar se convirtió en un infierno del que tuvieron que defenderse.
Primero se cayó Wout van Aert, maillot amarillo, luego tuvo un problema mecánico Vingegaard, que el equipo tardó en solucionar y quedó descolgado del grupo de los favoritos. Y la guinda fue la caída de Roglic.
Entre los escombros del Jumbo aceleró Pogacar para dejar la sensación de que, como se preveía, es intocable y que tiene más fuerzas que el resto de los candidatos. Ni el terreno ni los rivales parecen alejarle de su tercera victoria.
El esloveno sonríe mientras sus rivales sufren. “Esto me da todavía más motivación”, asegura el ciclista, que tiene por delante dos obstáculos menos camino de su tercer triunfo en París.
Los siguientes son más favorables, como él mismo se encargó de recordar. “Estoy deseando de que llegue la montaña”, dijo el ciclista del UAE.
La Planche des Belles Filles es la siguiente cita, un escenario propicio para él, que le trae buenos recuerdos pues en sus rampas del 24 % de desnivel certificó, contra el crono, su primera victoria en el Tour.
Ahora, todos los caminos parecen conducir a un resultado similar para el esloveno de 23 años, al que ningún obstáculo parece desviar de su objetivo.
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