Ver jugar a los Yanquis de Nueva York en el Yankee Stadium es una experiencia única para sus fanáticos.
Son las 10 de la mañana del sábado 31 de agosto de 2019 y una multitud se dirige hacia el estadio a ver jugar a los ‘Mulos’ del Bronx en el segundo juego de la serie ante Oakland.
La temperatura es de 26 grados, hay poco sol, sopla mucho viento y el ambiente es propicio para ver béisbol, un deporte que llevan en el corazón una gran mayoría de habitantes de la capital del mundo.
Los Yanquis perdieron el viernes anterior 8-2 el primer encuentro con Oakland, pero eso al amante de la pelota y en especial a los seguidores del equipo de la Gran Manzana poco les importa. Siempre están ahí para apoyar a su divisa del alma.
El puente colgante Macombs Dam Bridge se convierte en un tertuliadero permanente mientras que algunos aficionados transitan por ahí para llegar al máximo recinto del equipo que ha ganado 27 Series Mundiales.
Y como si fuera una especie de regla todos asisten con los colores o elementos que identifican a este equipo. Al Vaticano del Béisbol, como le dicen al Yankee Stadium, se va vestido como un verdadero Yanquista.
Mi entrada corresponde por la puerta 4, esa que está habilitada para la prensa deportiva. Ahí se reclama la acreditación y de inmediato se accede al impactante escenario.
Hay siete puertas más, con acceso rápido, las graderías se llenan con facilidad, son cinco pisos que de un momento a otro están repletos. Las entradas van desde los 10 hasta 2 mil 500 dólares. Hay para todos, por eso el Yankee Stadium siempre está lleno.
Ya sentados en sus puestos, los aficionados experimentan una adrenalina pura que le recorre todo el cuerpo. Es una extraña, pero hermosa sensación, dicen quienes apoyan a su novena de principio a fin.
Es algo que se debe vivir para poder contarlo. Cuando el dominicano Domingo German hizo su primer lanzamiento en el juego de ayer con los Yanquis se prendió la gran fiesta del denominado rey de reyes de los deportes.
Giovanny Urshela, el cartagenero que es la sensación del momento, no hizo parte de la alineación, pues se recupera de una pequeña molestia en la ingle.
Los fanáticos extrañan mucho a Urshela, quien tiene average de .331 y, sin duda, es la sensación de momento en el mejor béisbol del mundo.
Pero los Yanquis son los Yanquis y pese a tener a varios peloteros lesionados en esta temporada han sabido sortear esta situación y comandar así la División Este de la Liga Americana.
En el juego, el dominicano Gary Sánchez despachó dos bambinazos de cuatro bases que hicieron estallar de la emoción a la fanaticada.
Sin embargo, los Yanquis, jugadas siete entradas completas, perdían 3-2 y debían dar más para hacerse al triunfo.
Aaron Judge, en la parte baja del octavo, hizo swing de caballo y también se voló la barda para empatar el juego. Y la algarabía fue total en un estadio vestido de blanco y tintes azul oscuro.
El juego fue de toma y dame, cerrado, todo hacía pensar que se iba a episodios extras y así fue.
Ninguno se movía de sus asientos, todos se mantenían expectantes, querían observar el desenlace y esperaban regresar a casa saboreando una victoria.
Y para alegría de los locales así sería. En la parte baja de la undécima entrada, Dj LeMahieu la sacó del parque para llevar a los Yanquis a un triunfo 4 carreras por 3 ante el difícil equipo de Oakland.
Fue otro día especial para ellos. A las 5: 30 de la tarde, los aficionados comienzan a desocupar las graderías del Yankee Stadium. Los fanáticos caminan felices rumbo a sus hogares y hacia otros lugares para brindar por el triunfo de los Yanquis.
La alegría en sus rostros es evidente, hay un sentimiento que nace de lo más profundo del corazón.
Hoy volverán a enfrentarse ambas novenas a la 1 de la tarde y el Yankee Stadium está listo para recibir a toda su fanaticada...
Comentarios ()