Un fuerte aroma de magia se hace cada vez más penetrante a las afueras del Camp Nou en Barcelona. Es un olor que envuelve, atrae, contagia y desarma incluso a los archirivales de siempre.
Tanto que ni siquiera un súper madridista se atreve a hablar mal de Lionel Messi en su mismo templo.
El reloj marcaba las 11 de la mañana del sábado 13 de julio de 2019 y ahí en la entrada del Camp Nou nos encontrábamos Eugenio Baena, Rafa Guerra y mi persona pagando una boleta de 31 euros para conocer el mítico estadio del Barcelona Fútbol Club.
Baena, 100 por ciento del Real Madrid, quedó fascinado al ingresar al escenario. El reconocido comentarista se detuvo en el museo para ver videos en donde se mostraban todos los goles de Messi, el gran verdugo de su Real Madrid del alma.
Mira los goles con atención, lo embarga un sentimiento de desconsuelo, pero prefiere no faltarle a su verdad. “Coño ese chiquitico sí que le ha amargado la vida a mi Real Madrid”, dice la voz cantante de Caracol-Cartagena sin perder de vista la pantalla gigante que proyecta las acciones y tantos más importantes del argentino.
Pasados 10 minutos, extasiado por lo que observa, no aguanta más y dice si reparos ni titubeos: “Para mi gusto Messi ha sido el mejor de todos los tiempos, seguro que es así”, asegura Baena, quien pese a haber jurado amor eterno al Madrid posó para una foto con la camiseta de Messi.
El Camp Nou seduce a todo aquel que entra ahí. Es mágico en todos sus rincones, desde la tienda con todos los productos del Barcelona, hasta el museo con sus trofeos y fotos históricas y, por supuesto, los camerinos, graderías y gramado del legendario escenario en el que han triunfado grandes del fútbol mundial como Romario, Ronaldinho, Zlatan, Xavi, Iniesta y Dani Alves, entre otros.
El estadio es un espectáculo y la silletería está toda pintada de azul, rojo vino tinto y amarillo, los colores tradicionales del club.
El túnel por donde salen los jugadores tiene las paredes con imágenes impactantes de sus grandes figuras. En ellas reposan fotos de Messi, Suárez, Busquets, Piqué, Jordi Alba y suponemos que en unos días la de Antoine Griezmann, flamante contratación de los ‘azulgranas’.
El camerino local está bien equipado, con cada locker y las imágenes y números de los jugadores, un gimnasio, duchas y dos piscinas para recuperar a las estrellas después de cada compromiso.
La sala de prensa es confort, al igual que la zona mixta y los bancos del equipo local y visitante. El campo, que siempre ha lucido elegante, en estos momentos se le está cambiando el gramado y quedará en extraordinarias condiciones.
En síntesis, el Camp Nou está a la altura de todo lo que representa el Barcelona para los amantes del buen fútbol.
Selfies iban y venían por todos lados, pero el tiempo se agotaba, el recorrido llegaba a su fin, la visita estaba a punto de terminar. Ese día fue el sueño cumplido para muchos, incluyéndome a mí, que he disfrutado del fútbol de Barcelona a la distancia.
Luego del recorrido, sentados en las graderías en la zona VIP del mismísimo Camp Nou y estando a punto de salir del escenario, Rafa Guerra se animó y en tono alto, como si lo estuviera en vivo y en directo, narró un gol del Barcelona que terminó con espectacular definición de Luis Suárez.
Su relato llamó la atención al público asistente, todos fijaron su mirada en el narrador de RCN que no ‘comió de cuento’ y terminó su relato.
Sí. Guerra, como todos los demás, también se contagió en el templo de Messi.
Las instalaciones están reconocidas por la UEFA como estadio de cinco estrellas, máxima calificación posible. Tiene capacidad que supera los 99 mil espectadores.
El estadio además tienen una guardería, restaurantes, televisión en salones VIP y prensa, un centro de medicina deportiva y varias oficinas del club.
Los sillones presidenciales, el banquillo y la sala de prensa son algunos de los lugares que se recorren en la visita de los aficionados.
El estadio fue inaugurado en 1957 con el nombre de Estadi del FC Barcelona, pero popularmente fue conocido como Camp Nou y desde el 2001 se llama oficialmente así.
Es uno de los estadios más grandes de Europa y, además, uno de los más visitados.
El Camp Nou es una máquina para hacer plata con la visita diaria de miles de turistas. Entre entradas y compras que hacen en la tienda oficial del Barça, los aficionados dejan jugosas cifras de dinero que van a reposar a las arcas ‘azulgranas’. El abono de tribuna del Barça cuesta 1.097 euros (3 millones 950 mil pesos aproximadamente). La demanda es tal que hay un abono de lista de espera para una entrada en el estadio a determinados partidos y para acceder a él el aficionado debe tener mínimo tres años en esta lista.
No es fácil conseguir boletas para un partido porque el club catalán tiene más socios que la capacidad de su estadio, por lo que es difícil encontrar entrada. Sin embargo, es posible. No todos los socios van a ver a su equipo en cada partido, por lo que muchos lugares salen a la venta (vía web del club) y aquellos que están interesados pueden adquirir un ticket. Cuando eso sucede (que es muy pocas veces) se pueden adquirir tiquetes para un solo juego entre 80 y 475 euros dependiendo de la gradería. Cada vez que juega Barcelona, la ciudad completa se paraliza. No importa cual sea el rival o el torneo, todos los bares y restaurantes se llenan porque sencillamente este es el mejor plan para los barcelonistas.
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