La pandemia del COVID -19 le representaría a Colombia unos costos económicos mensuales entre 48 y 65 billones de pesos estimó Fedesarrollo. Esas cifras podrían representar entre 4,5% y 6,0% del PIB nacional.
Así lo reveló hace pocos minutos el director de ese centro de investigaciones y exdirector de Planeación Nacional, Luis Fernando Mejía, al intervenir en un webinar organizado por el Centro de Pensamiento Cartagena y Bolívar; y El Universal, titulado ‘Medidas de reactivación económica post cuarentena’.
Mejía identificó a varios sectores como los más críticos o más afectados por los impactos de esta emergencia sanitaria: el turismo, el comercio, los restaurantes, las actividades inmobiliarias y todas aquellas que requieren de mayor contacto o presencia.
Su exposición deja dos escenarios. Uno muy dramático donde las operaciones se reducen en un 63% y otro un poco más optimista con reducciones del 51% en las actividades económicas.
También planteó algunas salidas graduales a esta crisis. Para ello señaló que lo primero es definir unos límites en materia de salud como la realización de pruebas masivas, disponibilidad de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y respiradores mecánicos, elementos de protección médica y para la ciudadanía; y material antiséptico.
REACTIVACIÓN GRADUAL
Para la reactivación de la economía, que insistió en que deberá ser gradual, fijó tres criterios: uno poblacional, teniendo en cuenta la población con más riesgo de contagio (los mayores de 60 años). Dos, una dimensión regional, pensando en aquellos más de mil municipios del país donde a la fecha no hay presencia del virus; y tres, un dimensión sectorial, reincorporando a la actividad económica a aquellos sectores vitales para el empleo por sus encadenamientos productivos. En esta última dimensión mencionó a la construcción, pero reiteró que en ello la parte sanitaria, de cuidado personal, debe primar. Igualmente citó la infraestructura y las obras públicas.
En su criterio, a partir del 27 de abril, cuando se prevé culmine la cuarentena, no habrá un relajamiento total, se tomarán medidas graduales y con mucha cautela.
Finalmente, pensando hacia el futuro, prevé que hacia 2021 el país deberá empezar a hablar de una nueva reforma tributaria, con menos exenciones, más sencilla, con menos cargas tributarias, pero con mayor base de contribuyentes. Una reforma más justa y progresiva.
La intervención de Luis Fernando Mejía tuvo la moderación de Paola Mercado Afanador, Directora del Centro de Pensamiento de Cartagena y Bolívar.
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