Los dos gigantes de la aeronáutica, el europeo Airbus y el estadounidense Boeing, cosecharon millonarios pedidos en el Salón Internacional de la Aeronáutica de Le Bourget, en las afueras de París, aunque el primero gana al segundo con la nueva versión del A320 ecológica, la estrella de esta cita bianual.
Entre los dos recibieron más de 300 pedidos en dos días de salón: 164 el lunes y más de 160 el martes.
La gran cita del sector, que mantendrá sus puertas abiertas hasta el domingo, es la ocasión también de ver aviones como el Dreamliner de Boeing, que se posó por primera vez en el Bourget este martes. El A380 accidentado de Airbus podrá volar el miércoles después de ser reparado.
La familia de los A320 Neo de Airbus, con sus motores nuevos que consumen menos carburante, ha sido la estrella indudable de esta cita, en detrimento del B737 de Boeing, cuya versión renovada 737-800 se vende ahora mucho menos bien en los pasillos de Bourget.
El fabricante europeo espera irse del salón con 600 pedidos.
Boeing tendrá que decidir sobre su estrategia en este nicho de medio recorrido, muy jugoso gracias a las empresas de bajo costo: construir un nuevo avión, (que llegaría al mercado demasiado tarde y sería más caro), o cambiar el motor de los 737, como ha hecho Airbus con el Neo, para gastar menos combustible, un atractivo indiscutible con la carestía del petróleo.
Los dos pedidos más grandes los firmaron las empresas estadounidenses de Leasing CIT Aerospace y la compañía JetBlue para comprar 90 A320 Neo por un monto indicativo de 8.000 millones de dólares.
La compañía indonesia Garuda firmó por su parte 25 A320, de ellos 10 Neo, mientras la taiwanesa TransAsia hizo un pedido en firme de 6 A321 Neo, una variante de la familia A320, a un precio de catálogo indicativo de unos 600 millones de dólares.
Por parte de Boeing, la compañía aérea de bajo coste Norwegian ordenó 15 B737-800 de medio recorrido por 1.200 millones de dólares según precio de catálogo y la mongol MIAT Mongolian Airlines también se decidió por dos aviones B737-800 de nueva generación y un avión 767-300ER, por 245 millones aproximadamente.
La Aeroflot rusa también confirmó ocho opciones de compra que tenía por los B777-300ER de largo recorrido. El pedido alcanza los 2.200 millones de dólares según precio de catálogo, según Boeing.
Malaysian Airlines también ejerció una opción de compra de 10 737-800, cuyo valor, según precio de catálogo, es de 800 millones de dólares.
A la sombra de los dos gigantes, otros fabricantes -nuevos llegados de menor envergadura- tratan de hacerse un hueco en el salón.
Una de las sensaciones la causó este martes el chino Comac, presente por primera vez en Bourget, especialmente porque la ha recibido el respaldo de la compañía europea de bajo costo Ryanair para ayudarle a desarrollar el C919, un aparato de medio recorrido, que debe empezar a comercializarse en 2016, convirtiéndose en competencia directa del A320 y del B737.
La surcoreana Korean Air firmó una carta de intenciones para la adquisición de 30 aviones CS300 (10 en firme) del fabricante canadiense Bombardier, que ha vendido 10 ejemplares de su futuro jet de negocios Global 8000 al suizo VistaJet por 650 millones de dólares según catálogo.
El europeo ATR también confirmó haber logrado un número récord de pedidos en el Salón, con 78 en firme.
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