Uno. Un niño de seis años sangrando en el suelo por un corte en la cabeza tras la caída de una lámina de eternit de un salón de clases.
Dos. Sus compañeros gritando, docentes llamando a sus padres y a la vez buscando quien lo trasladara a una clínica.
Tres. La indignación de la comunidad educativa porque no es el primer caso, el año pasado se presentó una situación similar, pero sin heridos, y aún así la Secretaría de Educación hizo caso omiso a la intervención que pidieron.
Este suceso ocurrió ayer a las 7 de la mañana, cuando los estudiantes de primaria de la sede 7 de Agosto de la Institución Educativa Liceo de Bolívar estaban en formación, para iniciar las clases.
“Cuando estaban en las filas, un mango cayó en el techo y con el golpe se cayó un pedazo de la lámina de asbesto que hace las veces de alero del salón de preescolar. Al niño le cayeron unos pedacitos en la cabeza, le hizo una pequeña fisura y se avisó al acudiente, dando la póliza de seguro”, comentó Marta Ligia Cervantes Viaña, coordinadora de esta sede de la institución.
Apenas el papá del menor herido se enteró, se trasladó hasta el colegio y luego a la clínica San José de Torices donde permaneció en observación toda la mañana, para descartar cualquier complicación por el golpe. Aunque estaba más calmado por la salud de su hijo, seguía desesperado y preocupado por el mal estado de la infraestructura del colegio ya que puede afectar a otros niños y niñas. “Esto ya estaba advertido porque el año pasado le pasó a unas profesoras y no se hizo nada”, dijo Erick Torres, padre del niño herido.
Tras el hecho, los docentes de la sede trasladaron a los 25 niños y niñas que dan clases en ese salón hacia otro donde hay 25 estudiantes más, para evitar peligros y que no perdieran las clases.
A finales de octubre de 2017, también cayó parte del techo del salón de preescolar de la sede y no hicieron ningún arreglo. Según explicaron, fue el mismo rector, por su propios medios, quien compró láminas para cubrir parte del hueco, pero el salón está sin cielo raso. Esto debido a que el dinero que se gira a las instituciones educativas no son para inversión en infraestructura, sino para el funcionamiento de las mismas y esta problemática es responsabilidad de la Secretaría de Educación.
Además del techo en mal estado, las columnas están deterioradas a tal punto que las vigas están a la vista, las paredes agrietadas, los baños sin puertas y los niños en hacinamiento en los salones.
“A esta institución el año pasado se le cayeron tres láminas de eternit en el mismo sector, vino Secretaría de Educación y se tomaron las medidas porque se harían los correctivos, pero al final no se hizo nada y siguen empeorando los problemas. La semana pasada me encontré con el jefe de infraestructura de la secretaría y me dijo que había que demoler la sede porque no resiste reparación pero en el momento no hay recursos”, dijo el rector del Liceo de Bolívar, Danilo Acosta Teherán.
Pese a esta respuesta, el rector insiste en que la comunidad educativa no puede esperar a un cambio de gobierno para que se invierta en la infraestructura. En la sede se atienden 260 estudiantes, 140 en la jornada de la mañana y 120 en la tarde. Inmediatamente sucedió esto, informó a la Secretaría de Educación, que llamaron para verificar.
No hay inversión
Pese a que hace más de tres años la comunidad educativa ha insistido con la inversión a esta sede de la institución, no han presupuestado ningún dinero para invertir siquiera en remodelación de la sede. El Universal intentó comunicarse en varias oportunidades con la secretaria de Educación, Claudia Almeida, pero no fue posible obtener respuesta. Ayer, después del incidente, funcionarios de la Oficina de Gestión del Riesgo inspeccionaron los salones para verificar en qué estado están y qué peligro corren los alumnos.