Ni el pao pao, ni el pellizco, ni la cachetada, ni el correazo, ni el chancletazo, son necesarios, cuando de educar o corregir a los niños se trata. Como padres, educadores o tutores, debe primar el respeto por los niños y niñas, y el buen trato.
“Es recurrir a el diálogo, los acuerdos y que hagan las cosas por las buenas. Que seamos concientes y hagamos el ejercicio diario de controlar los impulsos, respetar al otro y dar un trato que lo dignifique y enaltezca, sin necesidad de golpear, agredir, ofender o humillar”, enfatizó la periodista Martha Ordóñez, autora del libro “Dime cómo te castigaron y te diré quién eres”.
Con esta publicación busca que el maltrato infantil sea eliminado no solo desde la normatividad jurídica sino, desde las costumbres y conciencias. “Es concientizarse de formar seres maravillosos y buenas personas, evitando agredir o castigar, daños irreparables de los que nos tengamos que arrepentir toda la vida”, señaló la también hoy concejal de Bogotá desde el año 2008, Martha Ordóñez.
“Dime cómo te castigaron y te diré quién eres”, es resultado de una investigación que partió del foro de abolición del castigo físico, que después de hablar con más de dos mil personas e incluir el tema legal, se consolidó y se llegó a una lastimosa conclusión sobre las una y mil formas de castigo que se aplica en los hogares colombianos.
También recopila las cifras escuetas sobre quiénes son los mayores maltratadores, cuáles son los castigos más usados y expone las razones por las que esa forma de crianza no conduce a enseñar valores sino que es un factor generador de intolerancia y violencia.
Afecto
¿Qué padre de familia o persona que esté a cargo del cuidado de pequeños no busca siempre su bienestar y que cada día crezca física, intelectual y emocionalmente?
Pues bien, algunos de los medios para conseguir este propósito es atender sus necesidades, ofrecerle compañía y afecto, nunca el castigo físico.
Para la psiquiatra Isabel Cuadros y directora ejecutiva de la Asociación Afecto contra el maltrato infantil, “el afecto especialmente el que se muestra a partir del contacto físico y de las comunicaciones verbales produce en los niños seguridad afectiva y la confianza de que sus necesidades van a ser respondidas oportunamente”.
Los niños que han sido víctimas de maltrato en cualquiera de sus formas emocional, físico y sexual, necesitan tener tratamiento terapéutico cercano y mucha ayuda, pero indudablemente debe existir un cambio del cuidador.
A la persona que ha sido víctima de maltrato, se le debe brindar afecto, permitirle recuperar la confianza en si mismo y en los otros y tenerle mucha paciencia, porque cuando ha pasado por situaciones de agresión y violencia, desarrolla comportamientos difíciles y repetittivos, afirmó la especialista Isabel Cuadros.
Por este motivo la doctora Cuadros, aplaude la publicación de Martha Ordóñez, donde invita a prohibir el castigo corporal.
Secuelas del maltrato
El médico y director de la Fundación SIU, Santiago Rojas, comparte que se revoque el maltrato, que deja secuelas para toda la vida y cree que sino se recurriera a esta forma, la sociedad sería más productiva y mejor.
Parte de las consecuencias de esta forma inapropiada de tratar a los niños, es el miedo, la baja autoestima, incapacidad de sentir confianza y relacionarse con otros, autodestrucción, desconcentración y desatención.
Así mismo desencadena en actitudes violentas y agresivas, que van desde la niñez hasta la edad adulta.
El doctor Santiago Rojas, opina que el libro “Dime cómo te castigaron y te diré quién eres”, enfoca un punto del que a la sociedad colombiana no le gusta hablar y rechaza la posición de maltrato moderado del que habla la legislación y que no debería existir. Además invita a que se tengan acciones correctivas para educar a través de la atención, el diálogo y el afecto.
Defensora
La periodista y hoy concejal de Bogotá Martha Ordóñez, se volvió defensora de los derechos de los niños, niñas y jóvenes, a raíz de una situación familiar que se le presentó en el año 2002, momento desde el cual sus proyectos, campañas y trabajo buscan sensibilizar a la sociedad y proteger a los más débiles.
“Yo entiendo la posición de las madres cuando el hijo se le enfrenta, contesta y todas estas cosas pasan, pero he aprendido a ver que son etapas y debemos controlar los impulsos sin golpear, hay que corregir pero en un ambiente de tranquilidad, confianza y cariño”, señaló Ordóñez.
Tristes cifras
No se está diciendo que a el niño no se le eduque, discipline, pongan límites y sepa quién es la autoridad, pero lo que no se puede admitir son las cifras tan alarmantes de 14 mil denuncias al año por maltrato físico severo en los niños y las niñas.
En Bogotá son más de 4.300 y de esas, 3.500 son por abuso sexual a niños y niñas, “entonces el mensaje es que los niños merecen respeto y afecto”, concluyó la periodista Martha Ordóñez.
Educación
La educación no es sinónimo de castigo
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