La niñez es la mejor etapa para aprender idiomas

Para garantizar que un niño sea competente en una segunda lengua, lo mejor es empezar a enseñarle desde pequeño, algo que es una tarea tanto de los profesores en el salón de clases, como de los padres en la casa.

El consenso es unánime: aprender una lengua desde pequeño es lo ideal y además, es beneficioso. “El bilingüismo desde el nivel preescolar facilita el aprendizaje de otros idiomas, al mismo tiempo que se desarrolla la capacidad de abstracción, la escucha, la adaptación, la creatividad y el criterio”, afirman María Cristina Rueda Cataño y Marianne Wilburn Dieste en un artículo publicado en la revista Perfiles educativos de la Universidad Autónoma de México.

Expertos en aprendizaje como Jean Piaget y Lev Vygotski argumentan que el cerebro de los niños no solo viene preparado con casi todas las herramientas que ellos necesitan para comprender el mundo, sino que también es sumamente maleable y receptivo.

En el caso de los idiomas, esa tesis se constata en los niños que se crían en ambientes bilingües, pues ellos son capaces de desenvolverse en ambas lenguas sin ningún problema, saben utilizarlas cuando es debido e incluso pueden mezclarlas de forma creativa (lo que recibe el nombre de “translanguaging”).

Según Irina Sysoeva, directora del programa de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Cartagena, “las investigaciones muestran que un ser humano es capaz de reconocer sonidos incluso desde el vientre materno. Hay un período crítico para la adquisición de un idioma, que va desde que el niño nace hasta los seis o siete años”.

Sysoeva distingue entre “adquirir” y “aprender” un idioma: la adquisición se da durante ese período temprano, mientras que el aprendizaje es posterior, cuando el cerebro ya se ha acostumbrado a unos patrones lingüísticos determinados y va perdiendo la misma plasticidad que tenía antes. En los niños monolingües, el proceso de aprender otro idioma va dificultarse más que en los que no lo son, porque las conexiones neuronales que permiten ajustarse a contextos lingüísticos diferentes no están desarrolladas.

Lo que pasa en las aulas

La mayoría de los niños colombianos no están en un ambiente que les exija ser competentes en más de una lengua, sino que deben aprenderla por exigencia escolar. En la gran mayoría de los casos, esa lengua es el inglés. María Claudia Anachuri Pacheco, docente de inglés de la Universidad de Cartagena, afirma que una de las mayores dificultades de enseñar un segundo idioma a los niños luego de cierta edad es que muchos llegan subexpuestos a él y poco pueden aplicarlo.

“Dejan el uso del inglés solo para la clase y no tienen otros ambientes donde puedan observarlo directamente”, señala. En este contexto, consumir entretenimiento en el idioma en cuestión (películas, canciones, libros, series) puede ser bastante útil, si bien no todos tienen los medios o el interés para acercarse con libertad a este tipo de productos.

Es por eso que es importante involucrar a los padres en el aprendizaje del segundo idioma, pues así serán más los ambientes donde el niño puede expresarse en él. “A muchos padres se les dificulta por su propio nivel educativo en materia de lenguas, pero si logran ser parte del proceso es más fácil asegurarse de que todo lo que se aprende en el colegio no se pierda después”, afirma la profesora Anachuri.

Tanto ella como la profesora Sysoeva concuerdan en que lo mejor para el niño es la exposición a la lengua tan temprano como sea posible y en un escenario práctico. “Es importante garantizar un tiempo de exposición prolongado durante el cual pueda utilizar y observar el idioma en un contexto comunicativo”, afirma Sysoeva, “con frecuencia, se hace mucho énfasis en memorizar vocabulario, sin enseñarle al niño cómo interactuar a través del segundo idioma”.

En ese sentido, cualquier institución educativa que quiera fomentar el bilingüismo en sus estudiantes debe conseguir los recursos necesarios para crear espacios y horarios que permitan el uso de otros idiomas, más allá de las clases dedicadas a su enseñanza y del ambiente colegial. La exposición debe ser continua y “nunca es muy temprano para comenzar”, afirma la directora del programa de Lenguas Extranjeras.

Los bilingües ganan más

Saber más de una lengua es una habilidad valiosa tanto para conseguir oportunidades laborales como para mejorar la vida social e incluso la salud. Según el estudio “Bilingüismo Laboral en Colombia” (2016) del Departamento Nacional de Planeación, el salario promedio de las personas bilingües certificadas era un 26 % más alto que el de las personas que no lo eran. También duraban menos tiempo desempleadas (5 o 6 meses versus 7 meses).

Según el artículo “Ventajas y desventajas del bilingüismo”, publicado en la revista Forma y Función de la Universidad Nacional, las personas bilingües presentaban un “incremento de la flexibilidad mental, superioridad en la atención y la inhibición y mayores habilidades de comunicación”. Además, varios estudios señalan que el bilingüismo retrasara la aparición del Alzheimer.

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