A diferencia de épocas recientemente pasadas, cuando enfermarse tenía para los pacientes connotaciones de incertidumbre ante las fragilidades logísticas y operativas del sistema asistencial en salud, ahora hospitales y clínicas de Cartagena emergen robustecidas por cuenta de una pandemia que obligó al sector a repensar su sentido institucional de existencia. Hoy esta ciudad tiene en el Hospital Universitario del Caribe (HUC) a la IPS estatal más importante y confiable de la región, y por el sector privado tiene en el Nuevo Hospital Bocagrande también a un referente nacional para servicios médicos de vanguardia. Son dos claros modelos de entre otras empresas de salud igualmente robustecidas durante la pandemia en Cartagena. HUC, EN EL ESTÁNDAR MÁS ALTO DE CALIDAD Tal como lo dicen voces dentro y fuera del Hospital Universitario del Caribe, “la labor incondicional de la Gobernación de Bolívar nos ha impulsado para que crezcamos como institución”, en una tarea articulada con la empresa privada local y nacional, el apoyo del Gobierno Nacional y del Ministerio de Salud, y la intervención de la institución hace unos años por parte de la Superintendencia del ramo, que marcó el inicio de esa transformación positiva. Provisto de una capacidad instalada de 69 camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y 7 camas de Cuidados Intermedios, entre otras dotaciones a su infraestructura de atención, más el recurso humano que también ha crecido en talento y cantidad, el HUC se proyecta con un estándar de calidad realmente alto, con la facultad de prestar servicios asistenciales médicos y clínicos de alto nivel de complejidad. Una fuente del hospital explica que todas las historias clínicas de los pacientes están siendo digitalizadas, en lo cual ha ayudado mucho la virtualidad que se precipitó sobre la humanidad. Después de estar abandonados durante 17 años, así mismo con el apoyo financiero del gobernador de Bolívar, Vicente Blel Scaff, y el acompañamiento de la Superintendencia Nacional de Salud, los pisos 9 y 10 del HUC también fueron recientemente adecuados para ampliar la oferta de salud a los pacientes con cualquier patología de Cartagena y la región. Estas dos plantas ahora brindan 60 habitaciones dotadas con 116 camas para hospitalización y cuidados intermedios. “Como cabeza de la red de salud del departamento de Bolívar hemos expandido nuestros servicios, estamos haciendo cirugías de alta complejidad porque ya tenemos las UCI para las recuperaciones postquirúrgicas, eso nos ha permitido crecer en la prestación de servicios asistenciales de alta complejidad, que es nuestra razón de ser”, indica un directivo del Hospital Universitario del Caribe. HOSPITAL BOCAGRANDE, ANTICIPADO A LOS TIEMPOS De las pequeñas áreas exclusivas en los servicios de urgencia, el Nuevo Hospital Bocagrande saltó a la adecuación de pabellones de hospitalización, de unidades de cuidado crítico y abrió una sede complementaria para pacientes confirmados de coronavirus. Así el Hospital se reinventó para afrontar la pandemia, como resultado de un trabajo en equipo que identificó las necesidades y nuevas modalidades de prestación de servicios asistenciales, necesarias para garantizar el acceso integral a la demanda de atención en salud en medio de la crisis sanitaria. Pero además había que anticiparse al mayor pico de contagios por Covid que se advertía para Cartagena y Bolívar, y el Hospital Bocagrande lo hizo, con Coosalud EPS como consorte institucional y financiero. Así fue ampliada su capacidad instalada de camas en una sede exclusiva para la atención de pacientes sospechosos o confirmados de coronavirus. Esta nueva extensión del centro hospitalario sigue en funcionamiento en un punto estratégico de la ciudad, en el barrio Pie de La Popa, que permite tener capacidad redundante y reacción rápida. Esta expansión clínica cuenta con 76 cubículos de hospitalización de baja complejidad y otros 17 módulos para adultos de alta complejidad.