Entre el activismo y las tarjetas: la historia del Día de las Madres

A las mamás se les honra de formas diferentes, en varias fechas y en muchos países. La fiesta que conocemos en Colombia surgió en los Estados Unidos durante el siglo XX, cuando Anne Marie Jarvis logró que el segundo domingo de mayo fuera dedicado a la memoria de su madre, Ann Maria Reeves.

EL UNIVERSAL

07 de mayo de 2019 12:00 AM

El culto a la maternidad ha existido desde tiempos remotos, aunque no así la idea de honrar a las mujeres madres. En muchas civilizaciones antiguas existía al menos una diosa “mamá” a la que se adoraba como símbolo de fertilidad y vida, fuera Isis (Egipto), Rea (Grecia), o Bachué (Pueblo Muisca).

Una de las fiestas de antaño que más se asemejan a lo que conocemos como Día de las Madres es el Mothering Sunday (Domingo de los cuidados maternos) del cristianismo. Surgió en el siglo XVI como un día para honrar a la 'Madre Iglesia', pero con el tiempo se convirtió en una celebración familiar en honor a las madres. Esta fiesta católica y anglicana, que se lleva a cabo el cuarto domingo de la Cuaresma, aún pervive en países como el Reino Unido e Irlanda.

El Día de la Madre está asociado con otras fiestas religiosas y seculares en muchos lugares. Se celebra junto con el Día Internacional de la Mujer, el Equinoccio de Primavera, la Fiesta de la Inmaculada Concepción o las conmemoraciones de hechos históricos.

Activismo materno

El Día de las Madres reconocido en más de 90 países tuvo sus orígenes en el siglo XIX, en los Estados Unidos. Las actividades que tenían que ver con los cuidados y la atención eran vistas como maternales y eso inspiró a muchas activistas a dirigir los mismos cuidados que prodigaban a sus hijos hacia el resto de sus comunidades. Ellas propusieron celebrar el 'Mothers Day' (Día de las Madres) como una fiesta de que resaltaba el rol de la mujer como guardiana y miembro importante del tejido social.

Según la historiadora Stephanie Coontz, autora del libro 'El modo en que nunca fuimos', ese día "se originó para celebrar las actividades organizadas por las mujeres fuera del hogar".

La labor de Ann Maria Reeves fue una de las más notables durante esos años. Ella creó una serie de Clubes Laborales del Día de las Madres a lo largo del estado donde nació y creció: Virginia Occidental. Según los archivos estatales, dichos establecimientos se encargaban de "recaudar fondos para medicinas, dar empleo a las mujeres con madres enfermas de tuberculosis e inspeccionar la calidad de la leche embotellada y los alimentos".

Durante la Guerra de Secesión, Reeves ordenó a los clubes atender a los soldados de ambos bandos por igual y mostrarse neutrales. Más tarde, para resarcir los ánimos causados por el conflicto y reintegrar a las comunidades de Virginia Occidental, la activista organizó una fiesta, en 1865, que se llamó 'Mothers' Friendship Day' (Día de la Amistad de las Madres) y continuó celebrándose durante muchos años.

Este tipo de actividades coincidieron con el auge del movimiento sufragista en el país, cuando muchas mujeres buscaban formas de expresar sus ideas políticas y generar un cambio en la sociedad. En ese contexto, activistas como Julia Ward Howe propusieron el Día de las Madres como una forma de pacifismo colectivo, resaltando el sufrimiento que las guerras representaba para las familias desde el punto de vista de las mujeres que veían a sus maridos e hijos morir.

"De las entrañas de la tierra devastada se alza una voz junto con la nuestra: ¡Desarmen, desarmen! Puesto que muchas veces los hombres han abandonado el arado y el yunque ante los llamados de la guerra, dejen a las mujeres abandonar lo que quede del hogar para un gran y sincero día de concejo", escribió Howe en su 'Llamado a las mujeres del mundo' (1870), que se conoce como la 'Proclama del Día de las Madres'.

La visión sentimental

Según la historiadora Katharine Lane Antolini, autora de ‘Memoriando la maternidad’, había una segunda forma de concebir el Día de las Madres, más acorde con la moral del momento: intimista y casi completamente despolitizada. Los primeros en intentar promover este giro en la celebración fueron Mary Towles Sasseen y Frank E. Hering, pero la persona que realmente logró que se convirtiera en la modalidad dominante fue Anne Marie Jarvis, la hija de Ann Maria Reeves.

Jarvis también era activista, pero nunca tuvo hijos, y su idea del Día de las Madres tenía poco que ver con la acción comunitaria y más con honrar a su progenitora, así como instar a otras personas a hacer lo mismo con sus propias mamás. “Ella se lo merece”, comentó una vez en una carta. Gracias a su iniciativa, el expresidente Thomas Woodrow Wilson declaró el 9 de mayo de 1914 que todos los segundos domingos de ese mes serían declarados como ‘Mother’s Day’ (Día de la Madre). Según Antolini, la diferencia entre el singular utilizado por Jarvis y el plural de sus precursoras es importante, puesto que acentúa lo “sentimental y particular frente a las dinámicas públicas de las identidades maternales de las mujeres”. Jarvis sólo podía ver a su madre “a través de los ojos de una hija”, no como alguien cuya maternidad encontraba una forma de expresión en su activismo.

El énfasis del Día de la Madre estaba en dedicar una jornada a pasar tiempo entre mamás, hijas e hijos. Con el tiempo, la fiesta se comercializó más, con tarjetas, ramos, chocolates y toda clase de mercadotecnia, al punto de que Jarvis llegó a arrepentirse de haber creado el día. “Una tarjeta impresa es señal de que tienes demasiada pereza para escribirle a la mujer que ha hecho más por ti que cualquier otra persona en el mundo”, expresó en una ocasión.

La celebración se expandió a muchos otros lugares. Adoptarla fue particularmente sencillo en Latinoamérica, no sólo por la influencia de Estados Unidos, sino porque también se la asoció con la veneración a la Virgen María, muy difundida en el catolicismo.

Comentarios ()