Grosso modo, podría decirse que el proceso de erigir una casa, una escuela, un rascacielos, una fábrica o cualquier edificación se divide en dos etapas: planeación y ejecución. Ambos requieren de toda una gama de ingenieros y agentes del Estado. Si el edificio lo amerita, entonces también se necesitarán expertos de áreas como las ciencias sociales. “Entre más complejas sean las obras, más especialistas se van a necesitar”, explica Flavio Romero Frieri, presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA). Sin embargo, hay profesionales y pasos que no pueden faltar, porque sin ellos peligraría todo el proyecto.
Los imprescindibles
Supongamos que usted apenas tiene los recursos y el sueño de hacer un edificio cualquiera para un fin determinado. “Lo primero que debe hacer es tener claro el tipo, el tamaño y el propósito del inmueble”, explica Romero. Esto hecho, diríjase a un arquitecto de confianza o la Curaduría Urbana para pedir la asesoría de uno. “Él será la persona encargada de plantear todo el marco conceptual de la obra y de distinguir entre lo que es viable y lo que no lo es, teniendo siempre en cuenta el Plan de Ordenamiento Territorial (POT)”, afirma Guillermo Peña Chávez, ingeniero civil, especialista en gerencia de proyectos con 20 años de experiencia en obras públicas.
El arquitecto a su vez necesitará el criterio de otros especialistas para elaborar su dictamen. Lo primero que requerirá es la ayuda de un ingeniero geotécnico, el cual realizará estudios de suelo para determinar sus características y su capacidad. Es su criterio el que determina si el suelo presenta factores de riesgo (humedad, hundimiento, sismicidad) y si realmente es adecuado para la construcción.
Igual de necesaria es la ayuda de un ingeniero ambiental y de uno civil estructural. El primero se encargará de estimar su impacto, de buscar formas de disminuirlo y de trazar un plan de control ambiental a largo plazo para el inmueble. Del segundo dependerá todo el andamiaje que le permitirá al edificio sostenerse por sí mismo (las columnas, los travesaños, la base y demás); además se asegura de que se cumplan las normas de sismo-resistencia.
También será necesario contratar los servicios de un ingeniero hidráulico-sanitario, uno electricista y uno de telecomunicaciones. Las válvulas de agua, las tuberías, el sistema de alcantarillado, la instalación eléctrica, la línea telefónica, el internet y todos los servicios relacionados están a cargo de ellos.
La fase de ejecución
Terminada la fase de planeación, será necesario tramitar las licencias de construcción ante un curador urbano. Una vez que esté aprobada, se puede proceder a la fase de ejecución. En este punto, el equipo se dividirá en dos, uno de constructores y otro de interventores, siendo estos últimos los encargados de supervisar que todo esté en orden y que no haya inconsistencias entre los planos el producto final.
Según el ingeniero Guillermo Peña, es importante que ambos equipos tengan su propio conjunto de expertos y que estos pertenezcan a las mismas especialidades que se necesitan para la planeación. Entre más criterios y voces haya, más fácil será cerciorarse de que los planos realmente están bien trazados y cualquiera los puede llevar a cabo.
“Durante este proceso, la transparencia es importante. El comprador debe tener toda la información necesaria sobre el producto que ha solicitado. Por su parte, los arquitectos y constructores deben comprometerse a cumplir a cabalidad con el pedido. Si el cliente sigue teniendo dudas, puede consultar a entidades como la Cámara Colombiana de la Construcción o la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Bolívar”, afirma el ingeniero Flavio Romero.
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