La bahía de Cartagena es el corazón de las actividades económicas tanto de la ciudad como del país. Un corazón enfermo que es el entorno de decenas de familias y hace décadas necesita atención, por lo que de no recibirla pronto, su colapso y el deterioro del comercio exterior sería inminente.
El Plan Maestro para la Restauración Ecológica de la Bahía de Cartagena es la cura para los males de este cuerpo de agua y fue adoptado en agosto pasado por el Ministerio de Ambiente, en cumplimiento de un fallo de acción popular, interpuesto por la Procuraduría Delegada para Asuntos Ambientales.
“Buscamos que el objetivo final no solo sea la restauración, sino la prevención, la gestión estratégica
y un esquema de gobernanza viable que garantice la ejecución operativa, la toma de decisiones y la participación comunitaria en la recuperación continua de los sistemas naturales de la bahía de Cartagena”, explicó Minambiente al presentar el plan maestro. Lea también: Barcos recolectores de basura: invento que limpia los océanos.
Al detalle
En un documento de 128 páginas se detalla la ruta de trabajo, a mediano y largo plazo, así como el plan de inversión para los seis programas que la orden jurídica estableció, que suman alrededor de $140.232 millones, en una gestión de 10 años.
También se específica cada tarea que deben asumir las instituciones que hacen parte del plan: Cardique, Invemar, Dimar, EPA, Ministerio de Ambiente, ANLA y la Alcaldía de Cartagena. En algunas de ellas, la responsabilidad es compartida.
El presupuesto estipulado para cada tarea es de referencia y la institución a cargo debe desarrollar sus estrategias y la forma en la que se financiarán. Entre las alternativas para esto último se sugieren los recursos propios de la entidades, regalías, convenios y fuentes internacionales.
La academia, los entes técnicos y científicos así como las comunidades también son actores involucrados en la implementación y seguimiento del plan.
Los programas
Las acciones para restaurar la bahía de Cartagena están condensados en seis programas:
- Evaluación, prevención, reducción y control.
- Rehabilitación y restauración de ecosistemas marinos y costeros degradados.
- Conservación de áreas marinas y costeras protegidas.
- Educación y Uso Sostenible de la Bahía de Cartagena.
- Evaluación de sistemas de información.
- Gestión estratégica de los intereses marítimos.
Aunque la sentencia establece una gestión de entre 1 y 3 años, “desde un enfoque técnico-científico, es claro que muchas de las medidas y proyectos requieren más tiempo para lograr un impacto real, por lo cual, algunos de los programas diseñaron acciones hasta un horizonte de 10 años”, se indica en el plan maestro. Le puede interesar: Siete claves para potenciar el sector marítimo en Cartagena.
Así, las actividades se llevarán a cabo en tres fases: alistamiento para la implementación (1 año), implementación (5 -10 años) y evaluación (5 – 10 años). Las dos últimas se realizarán en simultáneo.
Algunas metas y acciones del plan maestro
- Monitoreo inteligente de la calidad del agua.
- Restaurar las funciones ecológicas de las ciénagas, lagunas y ensenadas de la bahía.
- Fortalecer las sanciones a las empresas con manejo de residuos sólidos inadecuado.
- Verificar y garantizar que las naves de tráfico nacional e internacional cuenten con los certificados, planes y equipos para la gestión de desechos.
- Implementar estrategias para el turismo sostenible.
- Repoblar el 50% de las áreas coralinas degradadas.
- Aumentar en un 50% la diversidad y abundancia de especies marinas en los arrecifes.
- Integrar al sector productivo y alas comunidades en proyectos y programas de educación ambiental enfocados en el uso sostenible de la bahía.
Como parte de las investigaciones preliminares para elaborar el plan maestro, se determinó que el sector industrial es una de las fuentes principales de contaminación, con 96 puntos de vertimientos que llegan a la bahía. El sector turístico y el sector residencial también contribuyen al deterioro del cuerpo de agua, debido a las fallas en la gestión integral de residuos sólidos y por el vertimiento de las aguas residuales domésticas.
Desde el Canal del Dique también se transfiere un exceso de nutrientes, materia orgánica y metales a la bahía de Cartagena. Las actividades marítimas aportan su ‘cuota’ con el derrame de hidrocarburos, la contaminación biológica de las aguas de lastre, las bioincrustaciones marinas y las naves y artefactos abandonados.
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