“Aurora es una persona que sufrió bastante durante su niñez, debido a los escasos recursos con los que contaban sus padres. Aun así sus sueños no tenían límites, uno de ellos era ser enfermera”, inició Aurora Sanjuán el relato de su vida.
Sanjuan nació en el corregimiento Caño del Oro, ubicado en la isla Tierra Bomba, pero sus padres decidieron mudarse a Cartagena cuando la pequeña cumplió su primer año. Le puede interesar: Mujeres entre líneas, exposición gratuita en el Mes de la Mujer
Desde niña tuvo claro que debía trabajar para la gente, se sentía muy cómoda ayudando y colaborándole a quienes más lo necesitaban. Y como la mujer determinada que era, y aún es, logró desempeñarse como enfermera en la Clínica Club de Leones durante 38 años.
“En la clínica logré ayudar a muchos, eso me hace sentir plena pero nunca satisfecha. Aunque no gozo de salud actualmente, siempre busco alguna situación en la que intervenir para mejorar la calidad de vida de aquellos que me rodean. Supongo que haber pasado tanto trabajo es lo que me motiva a evitar, en la medida de lo posible, que otros lo pasen”, dijo la mujer de 72 años.
Aurora pensaba que ayudar a unas cuantas personas no era suficiente, ella sabía que estaba hecha para cosas más grandes: ayudar a comunidades. Fue entonces cuando decidió hacer parte de la Junta de Acción Comunal (JAC) de Paraíso II, barrio en el que vivía.
El primero, y uno de los logros más significativos de Sanjuán como presidenta de la JAC de Paraíso II fue dotar al barrio de agua potable. Luego de varios meses de trámites le aprobaron el proyecto por 40 millones de pesos. Inicialmente, tenía pensado instalar 3 albercas de agua potable para el abastecimiento de la comunidad, sin embargo Carlos Triana, el gerente de Aguas de Cartagena en aquel entonces, le pidió 3 meses para realizar un estudio que le permitiría a la comunidad contar con el servicio de acueducto. Lea también: Mujeres rurales que siembran esperanza en sus territorios
Llegó a San José de los Campanos
Hace 14 años, Sanjuán se mudó al barrio San José de los Campanos, exactamente un 23 de marzo. Inmediatamente notó que la calle en la que vivía, la carrera 104, estaba hecha un desastre. La mujer se dirigió a la Secretaría de Infraestructura, ahí le dijeron que la carrera no pertenecía a Cartagena, sino a Turbaco. Fue entonces cuando acudió a Clara Calderón, la secretaria de Planeación en aquellos tiempos, para que la ayudara con los trámites que declararían a la 104 como parte de Cartagena, pues en el Distrito habían más oportunidades de progreso.
Aurora Sanjuán, habitante de San José de los Campanos.
Cuando lo logró, su siguiente objetivo era la pavimentación de la calle. Desde que se mudó al barrio ha enviado un sinfín de cartas, se ha dirigido a todas las oficinas habidas y por haber, pero aún no logra la reparación de la calle en la que vive.
“Hace unos años me hicieron un trasplante de rotula, así que uso muletas para caminar. Cuando llueve, algún vecino me tiene que cargar para poder salir de la calle, porque es imposible caminar por ahí”, aseguró Aurora. Lea aquí: Científica colombiana obtiene galardón internacional
Aunque la reparación vía es y siempre ha sido su objetivo principal, Sanjuan no ha dejado de lado otras problemáticas que el barrio atraviesa. De hecho, hace unos años creó la Corporación por el Desarrollo Comunitario del Barrio San José de los Campanos, debido a sus intentos fallidos de pertenecer la Junta de Acción Comunal, que según su relato y el de varios vecinos, nunca se ha preocupado por las necesidades de la comunidad.
Aurora Sanjuán asegura que seguirá trabajando por la gente de San José el tiempo que sea necesario, y mientras suelta una carcajada por cada oración que dice, extiende una invitación a todas las mujeres pujantes para que no se dejen intimidar ni pordebajear como muchos lo han intentado con ella, por el contrario, que sigan luchando por conseguir sus objetivos.
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