Una turista: la historia del primer caso de COVID-19 en Cartagena

Una mujer británica de 85 años, que logró recuperarse y volver a su país, marcó el inicio de la lucha de Cartagena contra la pandemia. Esta es la historia de una sobreviviente.

El 8 de marzo del 2020 será tristemente recordado por ser el día en que el coronavirus, enfermedad que los cartageneros vieron en un inicio como lejana, llegó a la ciudad he infectó, hasta la fecha de esta publicación, a más de cuatro mil personas y cobró la vida de más de 100.

A las 10 de la mañana de ese domingo 8 de marzo arribó al Puerto de Cartagena el crucero Ms Braemar, de bandera de Bahamas, con 1.064 pasajeros. Uno de ellos se convirtió en el primer caso confirmado de coronavirus en la ciudad: una señora de 85 años de origen británico, que venía de recorrer a bordo de la embarcación distintos países de Centroamérica como Jamaica, Costa Rica y Panamá.

A pesar de que las alarmas a nivel mundial estaban encendidas por la rápida propagación del virus, el primer caso de COVID-19 entró con facilidad a la ciudad. La extranjera estaba enferma y las sospechas de casos de coronavirus en el barco no eran desconocidas, ya en puertos anteriores de otros países habían rechazado su arribo, pero las autoridades de Cartagena le dieron luz verde a su ingreso sin activar ningún protocolo especial.

Según su historial médico, una semana antes de su llegada a La Heroica la mujer comenzó a sufrir una infección gastrointestinal con vómito y diarrea, y una noche antes del desembarco su sintomatología empeoró mostrando indicios de una hemorragia digestiva. El médico del Braemar reportó su estado de salud al capitán del barco y este a su vez pidió autorización a Salud Pública del Distrito para trasladarla a una clínica de la ciudad tras el arribo.

Así fue como el primer paciente de coronavirus de Cartagena ingresó a la clínica Medihelp Services, en Bocagrande, sin que nadie supiera que tenía coronavirus. Luego de ser revisada por un médico especialista, un cirujano general y un médico internista, se percataron que la británica más allá de los síntomas abdominales que habían reportado en un inicio tenía una tos persistente. A partir de ese momento se convirtió en un posible caso positivo de coronavirus.

Martín Carvajal, médico internista de Medihelp que atendió a la extranjera, manifestó que tras la sospecha de contagio se comenzó a hacer el cerco epidemiológico, a implementar el protocolo de seguridad y se aisló a la mujer en una habitación que se adaptó, en ese momento, en una Unidad de Cuidados Críticos, ya que era de alto riesgo ingresarla a la unidad con otros pacientes y a que aún no había áreas COVID en la institución.

Medihelp comenzó la gestión con el Dadis para la realización de la prueba RT-PCR SARS-CoV-2 y el traslado de la paciente al Hospital Universitario del Caribe (HUC), lugar que inicialmente la Alcaldía de Cartagena había destinado para la atención de personas con COVID. Sin embargo, esto último nunca ocurrió.

Después de todo este proceso finalmente se le hizo la prueba de coronavirus a la turista y en la mañana del 11 de marzo el Ministerio de Salud confirmó que la mujer era positiva para el virus. Oficialmente el COVID-19 había desembarcado en Cartagena.

De inmediato, las autoridades anunciaron un refuerzo en los controles. La Capitanía de Puerto manifestó que los cruceros que llegaran a Cartagena, desde la fecha y hasta el 30 de julio, entrarían en cuarentena, aún cuando no reporten ningún paciente con síntomas.

“Todos los cruceros irán a cuarentena, es decir, no van a entrar a la zona de muelle, ni siquiera el piloto que es el primero en bajar podrá hacerlo. Una vez el crucero esté en la zona de cuarentena las autoridades sanitarias harán la verificación y dirán si el crucero es apto o no para entrar a Cartagena”, indicó el Capitán de Puerto de Cartagena Capitán de Fragata Jorge Enrique Uricoechea Pérez.

Esa misma noche, la Alcaldía de Cartagena canceló temporalmente la llegada de cruceros a la ciudad. 

Su recuperación

El 12 de marzo, un día después de confirmarse el caso, comenzaron a tomar fuerza rumores de que la señora de 85 años había fallecido, los cuales fueron desmentidos inmediatamente por Medihelp al anotar que, si bien la paciente presentaba variaciones en su patrón respiratorio, se mantenía despierta y consciente.

La mujer además de su avanzada edad era asmática, tenía un trastorno del ritmo cardíaco, tenía problemas con la tiroides y había sufrido un cáncer de mama 20 años atrás, comorbilidades que complicaban aún más su recuperación.

Afortunadamente, tras realizar los ajustes pertinentes a su tratamiento, la extranjera comenzó a evolucionar favorablemente hasta el punto de que el 25 de marzo se reportó que dio negativo en la última prueba de COVID-19 que se le practicó.

“Nos complace como institución informar que la paciente que se encuentra con nosotros, hospitalizada con diagnóstico de COVID-19, se ha recuperado satisfactoriamente de acuerdo con los parámetros definidos por el Instituto Nacional de Salud”, indicó en ese entonces Medihelp.

El médico Martin Carvajal detalló que durante las tres semanas que la mujer estuvo hospitalizada fue tratada con antibióticos de amplio espectro, antivirales y antimaláricos, que permitieron su salida del centro médico el 31 de marzo.

Ese día la mujer fue despedida en compañía de su hijo Jhon en medio de una calle de honor y aplausos por parte del personal médico y de algunos vecinos de la clínica que se sumaron a la celebración. Después de ello, la británica permaneció varios días en un apartamento en Cartagena mientras se surtía el trámite para poder viajar a su país de origen.

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Efectos del caso

Si bien el primer caso de COVID-19 en la ciudad también se convirtió en el primer paciente recuperado, la forma como ingresó a Cartagena y la falta de protocolos claros costó el contagio de tres miembros del equipo médico de la clínica: un médico, una técnica de Rayos X y una auxiliar de enfermería, quienes tuvieron contacto con ella antes de sospechar que era positiva para coronavirus.

Martin Carvajal manifestó que además de ello la atención de la extranjera se convirtió en un logro agridulce. Mientras que en la parte médica y tratamiento terapéutico se alcanzaron las expectativas, atender a la paciente significó rechazo social y pérdidas económicas para la clínica.

El médico internista aseguró que tanto las enfermeras, terapeutas y doctores padecieron el desprecio de la ciudadanía. “Ni los domicilios querían llegar a la Medihelp, incluso a mí en la urbanización donde vivo alguien me llamó para cuestionarme por supuestamente poner en riesgo a los residentes”.

Agregó que tras confirmarse el primer caso muchas personas que tenían programadas cirugías y citas las cancelaron, lo que significó miles de millones perdidos. “Nadie quería operarse en Medihelp, la clínica se paralizó en más de un 70%, tuvimos que cerrar las consultas prioritarias y no había consultas externas. Adicionalmente, una gran cantidad del personal terminó incapacitado debido a los contactos no protegidos con la paciente inicialmente”, sostuvo Carvajal.

Finalmente, el doctor aseveró que desde la llegada de la turista a Medihelp y de comprobarse que el HUC no estaba preparado para atender a los infectados, la clínica emprendió sobre la marcha un plan para la atención de los pacientes COVID. Hoy el segundo piso del hospital se encuentra habilitado para ello y todo el personal de salud cuenta con los elementos de bioseguridad necesarios.

Han pasado tres meses de reportado el primer caso de coronavirus en Cartagena y la primera contagiada está sana y segura en casa con los suyos, ahora hay que garantizar lo mismo para el millón de personas que viven en Cartagena.

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