El extraño caso de Luis Gui Raaijmaakers

Luis Gui Raaijmaakers fue adoptado en Colombia por una familia holandesa. Desde los 5 años sus padres extranjeros le enseñaron que había sido víctima de una de las tragedias más grandes que ha sufrido Colombia durante su historia: la avalancha que sepultó a Armero (Tolima) bajo una columna de lodo, 13 de noviembre de 1985.
Cuando cumplió 31 años de edad, en el 2011, Gui viajó a Colombia para indagar sobre su padre, Guillermo Cárdenas, quien lo buscaba desde mediados de los 80. Ese año un canal nacional publicó su historia.
Desde la época del desastre el niño completaba, viviendo con su padre, seis meses, pues su madre lo había abandonado en un hogar de paso. Guillermo lo rescató y lo llevó a vivir con sus otros cinco hijos. Según Jhanet, la hermana mayor de Luis Gui, el niño siguió toda la transmisión de la tragedia de Armero y se identificó mucho con la historia de Omaira Sánchez, por lo que seguramente terminó diciendo que era Armerita.
Para entonces, Luis salió de su casa en la capital y se extravió, en circunstancias que nadie conoce. Por es el menor fue acogido por el Institutito Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y enviado a la seccional Ibagué (Tolima), y adoptado por una familia holandesa.
ARMANDO ARMERO
La fundación Armando Armero se enteró del deseo de Gui de encontrar a su familia, encontró varias personas en diferentes partes del país de víctimas de la catástrofe tolimense pero ninguna coincidió.
Guillermo Cárdenas contactó a la fundación con la esperanza de encontrar a su hijo y tras haber visto la transmisión televisada en la que Luis Gui (ya mayor de edad) presentó una foto de cuando era pequeño, ésta era muy parecida a la que Guillermo guardaba de su pequeño.
El Instituto de Genética Yunis Turbay, ubicado en Colombia, donó la realización de las pruebas de ADN y encontró un vínculo positivo entre Luis Gui Raaijmaakers y Guillermo Cárdenas.
Tras 27 años de búsqueda Guillermo, vendedor de lotería en Bogotá, se ganó el premio mayor, pues este miércoles se dio el reencuentro con su hijo. Hoy a sus 62 años ve a su pequeño y Luis ya con 32 años. Padre e hijo hablaron durante cerca de una hora vía Skype. El holandés, en idioma inglés, prometió viajar a Colombia entre mayo y junio próximos, aprender a hablar español y visitar a sus 10 hermanos y 18 sobrinos quienes viven en el barrio Suba de Bogotá.
Muchas fueron las preguntas de Gui que su padre no supo contestar, entre ellas: “¿por qué todos los registros dicen que soy de Armero? y ¿dónde está mi mamá biológica?”, pese a las dudas que dejó en su cabeza la información que le comunicaron, ahora siente más paz en su mente y en su corazón, “ayer estaba sólo, hoy tengo mucha familia”, reiteró durante la comunicación.
De sus 7 hermanas y 3 hermanos, Gui es el del medio, él prometió ayudar y cuidar a los miembros su nueva familia.
“Las madres de Armero siguen buscando a sus hijos, porque la improvisación, la buena o mala fe hicieron que no pocos infantes fueran sacados del país, adoptados por los conductos regulares o irregulares y que hoy se encuentren en otros países, como Israel, Estados Unidos, España, Holanda o Suecia, entre otros”, asegura la Fundación Armando Armero.
La fundación tiene como objetivo encontrar el destino de los niños perdidos, hoy adultos, contribuir a lograr la tranquilidad de las familias que llevan 27 años buscando a sus hijos, propiciar reencuentros y “a futuro trabajar para lograr que el Gobierno Nacional cree una ley de víctimas de desastres naturales, unos protocolos para la protección de menores en desastres naturales y un centro de memoria histórica de desastres naturales”.
La fundación Armando Armero afirma que las víctimas del desastre de Armero que estén interesadas en encontrar a sus familiares pueden escribir al correo: fg@armandoarmero.com