Henry Junior Ospino y Marlon Jiménez eran buenos amigos. Vivían y laboraban en una ferretería en la entrada al corregimiento de Malagana, en Mahates y allí surgió su amistad.
En la noche del sábado, los chicos, de 18 y 26 años, salieron del pueblo con destino a una fiesta de picó en otro corregimiento. Se pusieron la mejor pinta, le echaron gasolina a sus motos y todos veían en ellos la alegría por celebrar.
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Al parecer, los chicos eran del interior del país y no tenían muchos familiares en Mahates, pero se habían enamorado de la champeta y la cultura costeña. Así es como se les podía ver en fiestas picoteras cualquier fin de semana.
Luego de pasar momentos agradables en el baile, a eso de las 2:30 de la madrugada del domingo 2 de octubre, los jóvenes decidieron volver a su vivienda, pero no llegaron porque a las 3 en punto fueron arrollados por una mula.
Cuentan que iban por la Troncal de Occidente y al llegar a la entrada de Malagana no vieron una señal de pare que está en el sector, quizás por la falta de iluminación en la vía.
Los jóvenes, en diferentes motos, siguieron el camino sin percatarse que habían entrado a otra carretera y que en ese momento pasaba una tractomula que no logró frenar a tiempo y los terminó arrollando por varios metros. Los jóvenes murieron en el lugar de los hechos.
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