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Fritos de doña Dora: ¿debe permanecer ella en el puesto para no perderlo?

El presidente de Asocentro explica otros casos similares al que ocurre con doña Dora en San Diego, y dice que la ley “debe ser para todos”.

GISSEL DÍAZ SÁNCHEZ

21 de octubre de 2021 10:00 AM

Después de más de 50 años de alimentar la tradición gastronómica en la Plaza de San Diego con sus deliciosos fritos, Dora Gaviria Magallanes, de 87 años, es requerida presencialmente para que su puesto de fritos no sea retirado por la Gerencia de Espacio Público y Movilidad Urbana (GEPM).

El puesto es atendido por su familia, pero recientemente han denunciado que la GEPM exige que la señora de 87 años esté presente porque es ella quien cuenta con el permiso para ubicarse en esa zona. Lea: 87 años y está obligada a trabajar para que no le quiten su negocio

“No es que yo quiera descansar por descansar, es que tuve dos infartos y me hicieron un cateterismo. Y yo no quedé como antes o con la flexibilidad de antes. Mi expediente médico así lo comprueba”, expresó Dora a El Universal.

Dora está incluida en el Registro Único de Vendedores (RUV) y amparada bajo la figura de Confianza Legítima.

Cada vez que se realizan operativos de control por parte de la entidad, los funcionarios advierten que si la señora no está presente es causal de comparendo o cierre total del negocio, porque es ella quien tiene Confianza Legítima.

¿Por qué tiene que estar en el puesto?

El gerente de Espacio Público y Movilidad de Cartagena, Ausberto Coneo, explicó que “La Policía Nacional ni la Gerencia de Espacio Público y Movilidad no le están negando el derecho al trabajo (derecho que tiene protegido por el principio de la Confianza Legítima), lo que se le ha venido diciendo en reiteradas ocasiones es que cumplan con lo establecido en la normativa actual”, expone Coneo.

El Registro de Confianza Legítima no es hereditario, es por ello que apegándose a la ley, se exige la presencia de doña Dora en el puesto.

“La ley es para todos”

“Tengo más de 55 años de vivir en san Diego y la señora Dora está mucho antes de que existiera la Ley sobre espacio público. La única persona que se mantuvo a sol y agua fue doña Dora y ha mantenido incluso a sus hijos y nietos con el negocio”, contó Rafael Camacho, presidente de Asocentro a El Universal.

Camacho dice que hay más casos como el de Dora, pero que es a ella a quien le están exigiendo el cumplimiento de la esa ley.

“Yo no entiendo por qué la GEM no es coherente con la ley y no actúa así como con Dora con la señora que está en la esquina de la Calle de la Moneda con la calle 2da de Badillo que tiene los fritos de patacón con queso. Allí hay dos ‘rabos’ más que nacieron con ella. Cómo es posible que, si quien tuvo confianza legítima en ese caso fue el papá de ella, se lo heredó a la viuda y al fallecer la viuda lo heredó la hija, cuando se dice que no es hereditario. Ellos están ahí, ¿por qué no pasa lo mismo con doña Dora?”, dice Camacho.

“En la misma calle Segunda de Badillo, antes de llegar a la esquina hay una heladería y hay una señora que tiene una fritanga con un caldero, con un pipeta con candela, algo supremamente peligroso, pero no la han quitado. Antes de llegar a la esquina en la calle de Las Bóvedas hay una arboleda y allí todos los días se instala un restaurante, tiraron un cemento en el piso y ahí tienen su restaurante. Supuestamente le iba a hacer quitar eso, pero ahí está”, agrega Camacho.

El presidente de Asocentro cuenta que son varios los casos que se presentan y que, si bien entiende la ley, no se explica por qué aplicaría para alguno y no para todos.

“La ley debe ser para todos y mientras la señora Dora esté viva puede hacer uso de su confianza legítima. La ley es dura pero es la ley, y la ley debe ser para todos”, recalcó.

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