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La ‘reina’ que soñó con oro en los Nacionales y hoy está al borde de la muerte

Luz Andrea Herrera llegó a Cartagena para participar en ajedrez en los Juegos Paranacionales, pero sufrió una trombosis antes de iniciar las competencias. Su familia denuncia que la Alcaldía de Bogotá la abandonó.

GABRIEL JAIME GARCÍA GARCÍA

20 de enero de 2020 09:30 AM

NAYIB GAVIRIA

20 de enero de 2020 09:30 AM

WENDY CHIMÁ P.

20 de enero de 2020 09:30 AM

Con sed de triunfo. Así llegó a Cartagena el pasado 2 de diciembre Luz Andrea Herrera Idárraga a los V Juegos Paranacionales Bolívar 2019. Ella, ajedrecista ganadora de una medalla de oro en los Paranacionales de 2015 en Ibagué, viajó con la ilusión de conquistar dos nuevas medallas para la delegación de Bogotá.

Lastimosamente esta ‘reina’ no pudo hacer ningún movimiento en el tablero. En su primera noche en la ciudad, mientras estaba en el hotel descansando, sufrió una trombosis cerebral que la dejó, hasta el día de hoy, postrada en una cama de la Unidad de Cuidados Intermedios del Nuevo Hospital de Bocagrande.

Luz comenzó a convulsionar y fue llevada a la Clínica San José de Torices, donde solo le diagnosticaron una supuesta intoxicación y la regresaron al hotel. Horas después le dijo a una sobrina que la estaba acompañando que sentía dormido medio cuerpo y sufrió la trombosis que la atrapó en un jaque del que no ha podido liberarse. Fue llevada de urgencias al Nuevo Hospital de Bocagrande, donde permanece.

Ha pasado un mes y medio desde aquel trágico ataque y solo sus padres, que viajaron al conocer la noticia, acompañan a quien figuraba como una de las principales esperanzas de oro para Bogotá en los juegos.

“Nuestra hija no ve, no oye, no entiende, no habla, no sabe nada. Está postrada en una cama y fue totalmente abandonada por las personas del IDRD (Instituto Distrital de Recreación y Deportes de Bogotá), quienes la trajeron a competir”, dicen Darío Herrera Valencia y Ana Elcy Idárraga de Herrera, de 76 y 72 años respectivamente.

UNA REINA OLVIDADA

Terminados los Juegos Paranacionales, la delegación de Bogotá regresó a casa. Todos menos Luz Andrea. Sus padres aseguran que nadie de la Alcaldía de Bogotá, ni de la administración de Enrique Peñalosa ni de Claudia López, se ha comunicado con ellos para ayudarlos. “Ellos alegan que como no fue un accidente, no pueden hacer nada, pues no les corresponde”, dicen.

Hasta la fecha, la EPS de Luz ha corrido con los gastos médicos, como corresponde. Mientras que sus padres, con mucho esfuerzo, deben pagar todos los costos de su estadía en una Cartagena en temporada alta para estar al lado de su hija. Aseguran que después de tanto tiempo, ya no esperan que la Alcaldía de Bogotá o los organizadores de los Juegos hagan algo por ellos, pero quieren que su historia sirva para que los entes gubernamentales no abandonen a sus deportistas ante el más mínimo atisbo de jaque.

“Lo que buscamos es que nuestras instituciones cambien su forma de pensar respecto a la protección de las personas que mandan a otras partes a competir. Más con los que están en condición de discapacitados, como los que participan en los Paranacionales. Que los atiendan. ¿Qué tal que ella no tuviera EPS? ¿Quién iba a responder?”, pregunta Darío.

La familia de Luz instauró una acción legal contra el IDRD, pero el fallo no salió a su favor. “Nosotros nos hemos gastado en todos estos días más de $10 millones en alojamiento, transporte, cremas humectantes, paños, pañitos húmedos y demás. La EPS ha respondido, pero ellos (IDRD) fueron los que la trajeron. Deberían tener algún seguro que cubra todo”, agrega Ana, quien visita a su hija dos veces al día; en la mañana y en la tarde.

EL DILEMA

Luego de estar más de 40 días en cuidados intermedios, el equipo médico que la atiende considera que ha mostrado mejoría y puede ser trasladada a una habitación, sin embargo, sus padres están en contra de esta decisión porque, según ellos, cada día la ven peor.

“Los médicos dicen que ella ha mejorado su estado de salud, pero nosotros podemos afirmar que no es así. La vemos agonizando todos los días. Esto es muy duro. Incluso, en varias ocasiones, le hemos pedido al hospital que se apiade de Andreíta y la deje morir para que no sufra, pero no ha sido posible por la objeción de consciencia. Por más duro que suene, preferimos esto mil veces antes que seguir viendo el sufrimiento que ha padecido todo este tiempo”, señala Darío.

Otro tema que preocupa a su familia es el cuidado que requerirá Luz si es trasladada a una habitación de hospital o a su casa en Bogotá, como recomienda su EPS. Necesita a una persona que la cuide las 24 horas del día, y sus padres aseguran que, por su edad avanzada, no pueden hacerlo solos.

“Nosotros no somos enfermeros ni tenemos las fuerzas para atender cualquier emergencia que se pueda presentar. Por más que queramos no podemos estar al lado de ella todo el tiempo. Preferimos que siga en cuidados intermedios con atención constante o que la dejen partir de este mundo para que no se prolongue su sufrimiento”, aseguraron.

UNA VIDA DE LUCHA

Luz Andrea sufre de Ataxia de Friedreich desde que tenía 16 años, una enfermedad hereditaria que causa daños progresivos en el sistema nervioso y puede producir debilidad muscular, dificultades en el habla o enfermedades cardiacas. El primer síntoma habitualmente es la dificultad al caminar.

Siempre luchó por mantenerse activa para no dejar que la enfermedad la acabara poco a poco y por eso, después de recibir la pensión por invalidez, a sus 32 años, decidió hacer parte de la academia de ajedrez de Bogotá, por lo que se inscribió en el IDRD. Ella era la única en silla de ruedas, la cual comenzó a usar hace 3 años, al notar que ya no podía sostenerse en pie por mucho tiempo.

“Mi hija siempre fue una mujer luchadora, nunca se quedaba quieta, pues ella lo que más quería era salir adelante y poder encontrar una cura a su enfermedad. Recorrió varios países, pero no fue posible hallarla. No la hay”, indicó Ana.

La primera jugada maestra de esta ‘reina’ contra su enfermedad fue estudiar Fisioterapia. Esto la ayudó a combatir la Ataxia y evitar que se desarrollara tan rápidamente. La segunda jugada fue dar charlas sobre esta enfermedad y explicarle a los demás qué podían hacer para seguir teniendo una vida normal. La tercera fue jugar ajedrez, donde ganó varias medallas; dos de bronces y una de oro, en diferentes juegos. Este deporte la motivó cada día a seguir adelante.

Su cuarta jugada la iba a hacer aquí en Cartagena, pero el tablero se puso en su contra y le arrebató el lugar que le correspondía. Ahora sus padres esperan un milagro que la regrese a la cuadrícula o un ‘mate’ que la libere de un juego en el que parece fue abandonada por el resto de las fichas.

RESPUESTA IDRD

El Instituto de Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá sostuvo que sí realizaron un acompañamiento a Luz Andrea Herrera al ocurrir el accidente cerebro vascular, con médicos de la delegación capitalina y de la organización de los Juegos Nacionales Bolívar 2019.

Explicó que por no tratarse de una lesión deportiva no se pudieron activar las pólizas dispuestas para los deportistas, pero se gestionaron los procedimientos para que fuera atendida mediante su EPS en un hospital con tratamiento especializado.

Ante la solicitud de recursos de sus padres para cubrir la estadía en Cartagena, el IDRD dijo que no fue posible debido a que jurídicamente tiene impedido destinar recursos a personas que no sean deportistas o estén vinculados a la delegación.

Señala que se gestionó una ayuda a través del Club Arcángeles, al que pertenece Luz Andrea, pero los padres la rechazaron explicando que ya recibían el apoyo de familiares.

El IDRD asegura que aguardan por el alta médico de la deportista para ayudarla en la logística de su traslado a Bogotá.

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