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Los sueños de Diego Londoño, el periodista que escribió el libro de Juanes

Siendo seguidor de Juanes desde sus primeros años, pudo conocer la trayectoria musical del artista, al escribir su libro, se acercó al ser humano que admira.

HEIDI LLANES

05 de febrero de 2023 12:00 AM

En medio del pequeño espacio destinado al trabajo, aún está un tablero con anotaciones, y el nombre “Juanes” es notorio al centro de las frases sueltas que lo componen. Es el vestigio de un trabajo, que aunque ya culminó, está en las conclusiones de lo que se logró y dando paso a lo que viene. Lea: Un “ratico” en la vida de Juanes

Ahora bien, quien ocupa ese lugar plagado de música y libros es Diego Londoño, el joven paisa ávido de historias, se hace acompañar de “Vinilo”, el gato negro que en buena medida es su confidente, hasta se puede decir que le ayuda a narrar y en complicidad hombre-felino, se entienden.

Hace escasamente una semana, Diego se presentó en Cartagena de Indias ante un público seguidor del protagonista de su más reciente creación, Juan Esteban Aristizábal Vásquez, mejor conocido como Juanes, ambos relataron en tono familiar como fue el proceso de elaboración de un libro que describe y celebra en segundos los primeros 50 años del artista.

El marco de esta presentación fue el Hay Festival, el encuentro cultural propicio para que por medio de esa obra, se llegara más a fondo en la vida del cantante colombiano que más premios ha recibido, además de ser un referente de talento, buena música y misión social. Lea: La vida de Juanes se expone en Hay Festival

Para Diego, aunque no es su primer libro, hubo muchos momentos especiales, y si bien podría pensarse que cierra un ciclo, no es así, con la obra quedan muchas muestras de admiración y reconocimiento, y lo más importante, la amistad de una persona sencilla y colaboradora, pese a la grandeza de su arte.

El cronista musical

La música ha estado presente en el camino de Diego, recuerda que su abuela Josefina Uribe mantenía escuchando tangos y cuando lo llevaba a algún lugar, siempre le cantaba “Piel canela”, como reafirmación de lo importante que era para ella, al punto que cuando vio que su nieto se encaminaba por el rock, le regaló su primera guitarra eléctrica.

Los años juveniles fueron cercanos al movimiento rockero alternativo de Medellín, creando una banda que le permitió recorrer el país, pero una vez llegó el momento de decidir una carrera universitaria, se dieron pasos fallidos en ingeniería y filología, sin embargo, el periodismo acogió sus inquietudes y fue el espacio ideal para fusionar escritura y música, sus dos pasiones.

Diego Londoño es periodista y escritor, pero ante todo cronista, transita por un género que si bien no todo el que escriba lo puede desarrollar, en su caso se involucra con personajes conocidos y queridos por el público, lo que le da mayor relevancia a su trabajo.

Se considera muy riguroso con la información, precisamente porque su ética profesional lo ha llevado a buscar ante todo, la verdad, la idea no es modificar historias, por tanto su trabajo empieza con un mapeo en un gran tablero, allí se consigna objetivo y enfoque particular, generalmente entrevista a muchas personas, a fin de lograr un panorama 360 del protagonista.

En el caso del libro de Juanes, llegó a 50 personas, entre amigos, familiares, fanáticos, equipo de trabajo y el propio artista en todas sus facetas, sin embargo advierte que la metodología varía un poco dependiendo del libro que quiere hacer.

Al ser biógrafo, volverse experto en la persona es el paso a seguir, el compromiso real es ser un investigador obsesivo, y eso lo ha logrado en todos los casos. “Me metí en la vida de Juanes por más de tres años, esto para entender mejor su universo, lo perseguí igual que a Calamaro, no fue así con Rodolfo Aicardi de quien también hice un libro, pero si con sus hijos. Soy cronista y debo observar el mínimo detalle, porque eso es lo que quiero contar”, manifiesta Diego.

Soy heterosexual, pero todos los días me acostaba y despertaba pensando en Juanes, así hice el libro”.

Diego Londoño.

Siguiendo con Juanes, indica que la primera entrevista fue con doña Alicia, mamá del artista, ahora cree que pudo haberla dejado para más adelante, como madre, sus apreciaciones eran muy generales, asumía que todos sabían, sin embargo, durante la reunión vio un baúl y una vez ella le confirmó que allí estaban las fotos de la familia, todo se despejó y fue la principal fuente de información, toda vez que surgieron historias que incluso el protagonista desconocía.

De otra parte, Diego valoró el aporte de los amigos del músico, su grupo más cercano se conforma de quienes lo acompañan desde la niñez, son casi familia, no precisamente los famosos que ha encontrado por su carrera.

En términos generales, el escritor y el protagonista de la historia crearon un lazo especial, una amistad que trascendió más allá de las líneas del libro, porque precisamente Juanes lo propició con su personalidad arrolladora y la sencillez del paisa que sigue siendo, independiente del reconocimiento mundial.

Lo que viene

Con siete libros en su haber, Diego está en la etapa final de su octava obra. En esta oportunidad no es un personaje el protagonista, se trata de una novela autoficcional que relata la historia de un amor que se construye mientras se va desvaneciendo.

Se trata de la historia de amor del mismo autor, la que llegó a su fin después de doce años. El libro está enmarcado por viajes y la narración está hecha precisamente por “Vinilo”, su gato, quien fue en buena medida una tabla de salvación en medio de la tristeza profunda.

“Vinilo” cuenta la historia para “juzgar” a los personajes en medio de situaciones divertidas que se condensan en capítulos representados por países, lugares donde acontecieron muchos hechos que al final dieron forma a la obra.

Diego Londoño se ha convertido de alguna manera en el biógrafo de la música nacional y no descarta que más adelante su interés se centre en otro artista, porque allí está una de sus fortalezas, como quedó consignado en el libro “Donde nacen las canciones”, una compilación de más de 70 historias que en su momento publicó en el periódico El Colombiano.

En el ejercicio de su trabajo, adquirió el seudónimo de “El fan fatal”, sin embargo, advierte que al momento de escribir se aleja del fanatismo y esgrime su rigurosidad periodística. Advierte que la fórmula para escribir sobre un artista está en no ser invasivo, respetar al personaje y obviamente eso lleva a que a él se le prodigue respeto.

“Yo no busco las historias, ellas me atrapan y con mucho susto cierro los ojos, le doy un golpe a esa pared que me aparece en frente y arranco a contarlas, de esta manera apareció la de Rodolfo Aicardi y Los Yetis, esta última tuvo una labor social que los puso otra vez en la actualidad nacional”, afirma.

Con la disposición a flor de piel, Diego Londoño indica que aún no tiene a un personaje en mente, pero si una lista que le gustaría en su momento entrevistar, la encabeza Robi Draco Rosa, también quisiera acercarse a J Balvin y a Joan Manuel Serrat, mientras, en medio de columnas de opinión, textos para distintos medios y su cargo como locutor en Radiónica, trabaja con constancia para ser un mejor periodista.

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