Periodista mexicano solicitará asilo a juez de EEUU

Emilio Gutiérrez Soto y su hijo se presentaron en un puesto fronterizo en Nuevo México y declararon su intención de pedir asilo. Gutiérrez dijo haber recibido amenazas de muerte casi diarias después de escribir una serie de artículos en que acusó a los militares mexicanos de abusos contra civiles. 
Desde que cruzó la frontera hace dos años y medio, la espera de Gutiérrez para una audiencia sobre asilo incluyó siete meses en un centro de detención federal en El Paso, separado de su hijo. 
Su audiencia tiene lugar cuatro meses después que otro periodista mexicano, Jorge Luis Aguirre, denunció amenazas similares y recibió asilo en Estados Unidos, el primero que lo recibe desde que estalló en México la guerra mortífera contra el narcotráfico y los carteles empezaron a atacar a la prensa para acallarla. 
Aguirre traspuso la frontera después de Gutiérrez pero planteó su caso por medio de una solicitud en vez de un tribunal. La decisión de septiembre de conceder asilo a Aguirre fue elogiada por sus partidarios como una posible indicación de que Estados Unidos reconoce a los periodistas mexicanos como una comunidad amenazada. 
Gutiérrez no respondió llamados a su teléfono celular el jueves por la noche. Su abogado, Carlos Spector, se negó a formular comentarios por medio de sus asistentes aduciendo el trabajo pendiente antes de la audiencia a puertas cerradas. Pero planeó una conferencia de prensa el viernes por la tarde después de la audiencia que se ventilaba en el tribunal federal de El Paso. 
Cabe la posibilidad de que el juez no falle inmediatamente. 
La vocera Leticia Zamarripa, de Inmigración y Aduanas, se excusó de formular declaraciones. Los procedimientos de asilo en Estados Unidos no son públicos, y las autoridades federales se niegan a reconocer siquiera los casos individuales aduciendo la necesidad de proteger a los solicitantes. 
Gutiérrez trabajaba como reportero en Ascensión, México, donde dijo haber recibido amenazas de muerte casi diarias durante más de dos años mientras escribía artículos sobre el tratamiento de civiles por parte de los militares durante la búsqueda de miembros de los carteles de las drogas. Agregó que en junio del 2008 hombres que se identificaron como soldados saquearon su casa y le dijeron que pensaban matarlo. 
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El reportero de Associated Press Paul J. Weber en San Antonio contribuyó a este artículo.